Sinónimos: Osteopetrosis infantil maligna
Prevalencia: 1-9 / 1 000 000
Herencia: Autosómico recesivo
Edad de inicio o aparición: Infancia
Neonatal
Resumen
La osteopetrosis infantil maligna es un trastorno congénito poco frecuente de la resorción ósea. Se caracteriza por una densificación esquelética generalizada.
La incidencia estimada es de 1 de cada 200.000 nacidos vivos.
Se han descrito casos de osteopetrosis en la mayoría de los grupos étnicos, aunque al ser una enfermedad de muy baja prevalencia, suele presentarse en los grupos étnicos donde la consanguinidad es más frecuente. Los rasgos típicos de esta enfermedad incluyen disfunción de la médula ósea, fracturas y problemas en la vista. La enfermedad se inicia en la infancia temprana o durante la vida fetal. Es el resultado del fallo de los osteoclastos a la hora de reabsorber el hueso inmadResumenuro. Esto provoca anomalías en la formación de la cavidad medular y los síntomas propios de fallo funcional de la médula ósea. Se acompaña con hepatosplenomegalia debido a la hematopoyesis extramedular compensatoria.
Los problemas de la remodelación ósea provocan estrechamiento de la foramina de los nervios craneales, que acaba provocando una compresión de los nervios craneales (especialmente del nervio óptico). La patología incluye, persistencia de la esponjosa primaria que se caracteriza por núcleos de cartílago calcificado dentro del hueso. La remodelación anormal de hueso reticular a hueso lamelar provoca la formación de un tejido óseo «estropajoso» que puede fracturarse con facilidad. Una forma poco frecuente de la enfermedad se asocia con graves disfunciones del sistema nervioso central. La transmisión es autosómica recesiva. La enfermedad es heterogénea. Alrededor de un 50% de los casos se deben a mutaciones en el gen TCIRG1 y otro 10% se deben a mutaciones en el gen CLCN7. Se ha descrito un pequeño número de pacientes con mutaciones en el gen OSTM1.
Las características clínicas y radiológicas sirven para establecer el diagnóstico. Puede hacerse una biopsia ósea como método confirmatorio, aunque no suele ser necesaria. La aparición infantil de la osteopetrosis debe distinguirse de la forma autosómica dominante de aparición en la edad adulta, que es mucho menos grave y del síndrome por deficiencia de anhidrasa carbónica II que se asocia con acidosis tubular renal y con osteopetrosis menos grave. Debe ofrecerse consejo genético a las familias informando del carácter autosómico recesivo de esta enfermedad.
El diagnóstico prenatal puede hacerse por ecografía hacia el final del segundo trimestre, aunque se recomienda el diagnóstico molecular ya que puede hacerse de forma más temprana utilizando muestras de vellosidad coriónica a las 11-13 semanas de gestación. Los pacientes pueden necesitar transfusiones sanguíneas, tratamiento para las infecciones y para los problemas de desarrollo y de visión. El trasplante de medula ósea puede aliviar muchos de los síntomas de la enfermedad pero requiere que se haga de forma temprana para minimizar el aplastamiento del nervio óptico.
El pronóstico es variable, aunque es mucho mejor si se hace un trasplante temprano de médula ósea.
Revisores expertos
- Dr Callum WILSON
Última actualización: Octubre 2006
Fuente: Orphanet ( Osteopetrosis maligna autosómica recesiva )