España:
Un grupo de investigadores del Hospital Universitari Vall d’Hebron de Barcelona ha desarrollado un estudio, publicado en Revista de Neurología, mediante el cual describen las características y los factores que condicionan y predicen la debilidad en el paciente crítico por COVID-19, habida cuenta que se ha observado que es una complicación frecuente.
Se desarrolla un estudio observacional descriptivo prospectivo con pacientes ingresados en la unidad de cuidados intensivos (UCI) por COVID-19 entre abril y mayo de 2020 con debilidad muscular. Se consideró una afectación clínica grave un equilibrio motor igual o inferior a 3/5 según la escala de fuerza muscular modificada del Medical Research Council. Se han realizado 25 estudios analíticos, 16 estudios neurofisiológicos y una biopsia muscular; seguimiento telefónico al mes; análisis comparativo entre los grupos con y sin afectación grave, y determinación de puntos de corte de parámetros analíticos para predecir afectación grave mediante curvas ROC.
Se incluyó a 25 pacientes con 58 años (desviación estándar ± 9) de edad media. La mediana de estancia en la UCI fue de 27,5 días. Todos los electromiogramas mostraban un patrón miógeno y el 75%, también una neuropatía. El grupo con afectación clínica grave tenía mayores niveles de dímero-D (p = 0,08), lactato deshidrogenasa (p = 0,03) e interleucina 6 (p = 0,10), y la combinación de la alteración de dos cualquiera de estos tres parámetros pronosticaba la afectación grave con una sensibilidad del 100% y una especificidad del 76,9%. Al mes de seguimiento, el 36% no podía deambular autónomamente y el 92% seguía con debilidad muscular.
Los autores concluyen que la debilidad en el enfermo por COVID-19 grave tiene una repercusión clínica importante. Su detección y estudio precoces mediante predictores de su desarrollo pueden permitir un mejor manejo, y que la ausencia en algunos casos de los factores de riesgo clásicos para la debilidad adquirida en la UCI sugiere una fisiopatología diferente.
Redacción / Rev Neurol