La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha concluido que el SARS-CoV-2 saltó de un huésped animal a los humanos y que no circulaba antes de que se declarasen los primeros brotes del mes de diciembre. Así lo han informado en rueda de prensa los miembros del grupo de científicos que habían sido enviados a Wuhan para descubrir los orígenes del nuevo coronavirus.
Tras la visita al Instituto de Virología de Wuhan (WIV) y al mercado de mariscos de la ciudad, los miembros han señalado que la teoría de la creación del virus “es extremadamente improbable para explicar la introducción del virus en el ser humano”. Asimismo, los científicos siguen apuntando a los murciélagos como reservorio natural del coronavirus pero “aún no es posible identificar al reservorio animal intermedio”.
Los expertos han explicado que han trabajado sobre cuatro posibles vías de transmisión del SARS-CoV-2 a los humanos: desde un animal directamente al humano, a través de un huésped intermedio, por los productos de la cadena del frío del mercado de mariscos o una posible fuga en el laboratorio.
Descartada la última teoría, las posibles especies de animales salvajes susceptibles de ser portadores del patógeno son aquellas que también se vendían en mercado: conejos, hurones y las ratas de bambú.
Sobre la teoría de la vía de transmisión a través de la cadena de fría, que China lleva alimentando muchos meses, los expertos han especificado que tienen que seguir estudiando esa posibilidad pero “no tienen información de que el virus pueda sobrevivir en productos congelados”.
Por último, no han encontrado indicios de la transmisión del SARS-CoV-2 “durante el período anterior a diciembre de 2019” pero han recomendado analizar las muestras de los bancos de sangre de China para intentar identificar casos positivos anteriores al primer brote oficial de diciembre.
Sandra Pulido