Tras 168 días de emergencia sanitaria por la Covid-19, México tendrá una gran oportunidad, “técnicamente relevante”, en la fabricación de la vacuna contra el SARS-CoV-2, al emprender la parte farmacéutica, correspondiente al acondicionamiento del principio activo (API) del medicamento para que pueda ser aplicado a los pacientes, explicó Laura Alicia Palomares Aguilera, del Instituto de Biotecnología (IBt).
“Un medicamento siempre está dividido en dos partes, una es la fabricación del principio activo, el cual llamamos API, y después está la parte farmacéutica; estas dos operaciones se manejan normalmente de manera separada y requieren capacidades diferentes, pero no por eso son menos importantes una de otra”, agregó.
La investigadora universitaria aclaró que aun cuando algunos integrantes del IBt colaboran en otros proyectos con los Laboratorios Liomont, responsable de la parte mexicana de la AZ1222, en esta ocasión la UNAM no está involucrada directamente en la transferencia ni en la fabricación de este desarrollo que originalmente proviene de la Universidad de Oxford y un laboratorio global.
Tras 168 días de emergencia sanitaria por la Covid-19, México tendrá una gran oportunidad, “técnicamente relevante”, en la fabricación
de la vacuna contra el SARS-CoV-2.
La académica universitaria estimó que una vez que llegue a México la API, congelada, procedente de Argentina, iniciará lo que denominamos la parte farmacéutica que posee sus propias dificultades.
“Se realiza un proceso conocido como colocarlo en los viales, una vez hecho esto, se ubica en su empaque secundario y ya puede ser distribuida a los distintos lugares tanto en México como en Latinoamérica. Aquí interviene Sergio Valentinotti, director de Ciencias de la Vida en Laboratorios Liomont, egresado e integrante del Patronato de la Facultad de Química de nuestra Universidad.”
Fabricación
La investigadora, del campus Morelos de la UNAM, indicó que en la Universidad de Oxford trabajan en una plataforma desde varios años atrás, en la que utilizan virus de chimpancés como vacunas. “Esto es lo que llamamos una vacuna vectorizada, porque si se utilizaran adenovirus humanos es posible que obtuviéramos anticuerpos, y entonces la vacuna ya no sería eficiente”, apuntó.
En este caso la fabricación del API (principio activo), se hace en cultivo de células animales, hablamos de un adenovirus que lleva ciertos pasos de recuperación y purificación, y eso es lo que se hará en Argentina, y el API viajará a México para seguir con la etapa correspondiente.
Nuestra vacuna
Palomares Aguilera, también corresponsable de la vacuna que desarrolla por su cuenta la Universidad Nacional y el Gobierno de la Ciudad de México, mencionó que ésta va adelante y se trabaja como un rompecabezas.
“Una de las piezas es el apoyo del Gobierno de la Ciudad de México para la construcción de un nuevo laboratorio en la UNAM, el cual será de nivel de seguridad 3 (BSL-3), lo que nos permitirá realizar pruebas en condiciones controladas. Estará ubicado en Ciudad Universitaria; por el momento, se encuentra en planeación y esperamos esté listo en un par de meses”, concluyó la especialista.
Leonardo Frías
Fuente: https://www.gaceta.unam.mx/mexico-en-la-parte-farmaceutica-de-la-vacuna-conjunta/