La encefalitis herpética es causada por un virus herpes y clínicamente se expresa con fiebre, focalización neurológica, trastornos del lenguaje y signos de irritación meníngea.
Las secuelas de la encefalitis herpética son múltiples, aunque destacan los problemas motores, alteraciones neuropsiquiátricas y la afasia.
¿Qué es la encefalitis herpética?
Se trata de la inflamación del encéfalo cuya causa desencadenante es la infección por un virus herpes. Es más frecuente encontrar casos de encefalitis herpética en pacientes pediátricos, sin distinción de género.
El virus se adquiere tanto por vía ocular como oral, penetrando en nervios sensitivos regionales y diseminándose posteriormente hacia el cerebro y otros órganos, en donde permanece de manera “latente” hasta que se reactiva por cualquier estímulo estresante o inmunosupresor.
Los hallazgos clínicos más frecuentes incluyen fiebre, signos de focalización neurológica (lo cual puede incluir convulsiones, o distintos trastornos motores o sensitivos), trastornos para la emisión o la comprensión del lenguaje y positividad ante maniobras clínicas que indiquen la presencia de irritación meníngea (como el signo de Kerning o Brudzinski).
Los problemas motores, posibles secuelas de la encefalitis herpética
Este grupo de secuelas de la encefalitis herpética son probablemente los más frecuentes. Incluyen parálisis de diversos grupos musculares, que puede presentarse en forma de hemiplejía.
Por otro lado, si bien las convulsiones forman parte del cuadro clínico característico de la enfermedad, también es posible que en ciertos pacientes con factores predisponentes (especialmente los niños) se desencadene un síndrome epiléptico en el futuro, requiriendo tratamiento de mantenimiento.
La debilidad o paresia de otros grupos musculares también es una complicación posible, siendo la oftalmoparesia una de las más representativas, en la que se dificulta el movimiento de los globos oculares en cualquier sentido por falta de fuerza en los músculos extraoculares.
Las alteraciones neuropsiquiátricas, otra consecuencia de la encefalitis herpética
Al igual que las afasias, estas manifestaciones suelen observarse durante la etapa aguda de la enfermedad. Sin embargo, en algunos casos pueden persistir en el tiempo como una secuela de encefalitis herpética, a pesar de que la intensidad disminuya de forma progresiva a lo largo del tiempo.
El deterioro cognitivo (disminución del rendimiento de procesos como la memoria o el pensamiento abstracto) es probablemente el más importante en este grupo, lo cual suele ser la expresión clínica de anormalidades estructurales tales como daño en el hipocampo, amígdala, corteza insular, cuerpos mamilares y lóbulos frontales.
La amnesia es también otra de las secuelas que pueden existir, en la que generalmente se ven afectadas estructuras correspondientes al sistema límbico.
La presencia de delirium, catatonía y psicosis también es frecuente, aunque se suele asociar más al cuadro clínico agudo que a alguna secuela temporal o permanente de la encefalitis herpética.
La afasia
Este término se refiere a cualquier dificultad para comprender o emitir el lenguaje. Debe ser considerado en todos sus aspectos, ya que incluye tanto el lenguaje verbal como no verbal.
Por lo tanto, la incapacidad de comprender lo que está escrito en un libro (cuando la persona sabe leer) y la dificultad para expresar una idea de manera súbita se conoce como afasia.
Suele ser una de las formas de presentación clínica de la enfermedad, y tiende a resolverse espontáneamente mientras disminuya la inflamación. Sin embargo, en algunos casos puede ser una secuela de la encefalitis herpética.
Cuando es motora (es decir, se dificulta la emisión del lenguaje) se conoce también como afasia de Broca. Anatómicamente, se relaciona con lesiones en el lóbulo frontal. Cuando es sensitiva se conoce también como afasia de Wernicke, e involucra el área temporal del cerebro.
Diejo J.Pereira
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