Un estudio reciente halló que hasta el 18% de los diagnósticos de esclerosis múltiple (EM) podrían ser incorrectos. La migraña fue la enfermedad que más frecuentemente se equivocó con EM en la muestra estudiada.
La esclerosis múltiple, una enfermedad autoinmune que afecta el sistema nervioso, no es una entidad fácil de diagnosticar. Que se lo digan a decenas de pacientes que pasan años antes de recibir un diagnóstico definitivo.
Muchos síntomas de la EM también están presentes en otras enfermedades, por ejemplo, en la migraña, el lupus o en la neuropatía periférica, uno de los factores que contribuye a la dificultad del diagnóstico y finalmente a la ocurrencia de diagnósticos errados.
Una investigación recientemente publicada en la revista Multiple Sclerosis and Related Disorders encontró que casi uno de cada 5 pacientes que fue admitido en dos clínicas especializadas en neurología con un diagnóstico establecido de EM en realidad no tenía la enfermedad.
En la mayoría de los casos esto significó recibir medicación específica para la EM, fármacos que pueden ocasionar eventos adversos de gravedad como leucoencefalopatía multifocal progresiva (LMP), una enfermedad potencialmente mortal.
Más de 200 pacientes diagnosticados de EM y 43 no tenían la enfermedad
El objetivo que perseguían los investigadores era identificar los casos de diagnósticos incorrectos de EM entre todas las personas admitidas (durante un año) con un diagnóstico establecido de EM en dos clínicas especializadas, una en la Universidad de California, Los Angeles (UCLA) y otra en el Centro Médico Cedars-Sinai (ambas en EE.UU).
Al objetivo anterior se unió el de identificar características comunes entre los casos mal diagnosticado que puedan ayudar a prevenir estas situaciones en el futuro.
La muestra final quedó conformada por 241 personas, aunque cinco fueron excluidas por finalmente recibir un diagnóstico de síndrome clínico aislado (SCA), un trastorno que finalmente puede evolucionar o no a un diagnóstico establecido de EM.
De la muestra final, 112 pacientes habían acudido al Centro Médico Cedars-Sinai y de ellos 19 (17%) terminaron recibiendo un diagnóstico diferente al de EM.
En el caso de las personas atendidas en la UCLA, 126 pacientes, 24 (19 %) había recibido un diagnóstico inicial incorrecto.
Los diagnósticos correctos más frecuentes
En el estudio también se describe el diagnóstico correcto que finalmente recibieron los pacientes inicialmente diagnosticados con EM.
En primer lugar está la migraña, una enfermedad que en algunos casos puede causar alteraciones cerebrales que, al ser recogidas mediante técnicas de neuroimagen, son similares a las que se detectan en las personas con EM.
A la migraña le sigue:
- Síndrome radiológico aislado
- Espondilopatías
- Neuropatía
En algunos casos, según se desprende de lo expresado por los investigadores, existían indicadores claros para dudar de un diagnóstico de EM, aun así este se realizó. Comentan:
“Un hallazgo especialmente preocupante fue que 6 (14%) de los pacientes mal diagnosticados tenían imágenes normales del cerebro y la médula espinal y un grupo diferente de 6 (14%) tuvo un examen neurológico normal; ambas características deben despertar la cautela al hacer un diagnóstico de EM”.
Un tratamiento agresivo para una enfermedad que no existía
Los investigadores explican que « el diagnóstico incorrecto de la EM en este estudio se asoció con un riesgo considerable para el paciente y un coste sanitario inmenso ».
De media los pacientes estuvieron 4 años viviendo con un diagnóstico equivocado. Destaca el caso de un hombre que estuvo en esa situación 20 años.
El uso innecesario de fármacos como los llamados modificadores de la enfermedad, que dependiendo de cuál sea puede tener un perfil de seguridad complejo, puso en riesgo la salud de los pacientes.
Según cálculos realizados por los investigadores, solo en medicamentos se pudo haber gastado innecesariamente cerca de 10 millones de dólares.
En palabras de una de las autoras del estudio, la Dra. Marwa Kaisey:
He visto pacientes que sufren efectos secundarios de la medicación que tomaban por una enfermedad que no tenían. Mientras tanto, no recibían tratamiento por lo que tenían. El costo para el paciente es enorme, desde el punto de vista médico, psicológico y financiero».
Desde el punto de vista de los profesionales, se destaca la fiabilidad de los actuales criterios diagnósticos y la necesidad de seguir investigando marcadores objetivos de la enfermedad.
Es importante poner en contexto los datos
Aunque la información que aporta este estudio puede asombrar a más de uno (y razones tendría para ello) hay que tener en cuenta el lugar donde se realizó la investigación y ser cuidadosos al extrapolar las conclusiones a otros países.
El sistema sanitario estadounidense tiene sus particularidades, muy diferentes a las de, por ejemplo, un sistema de sanidad pública como el español, de ahí que no se puedan generalizar los resultados.
De igual forma el estudio resulta un llamado de atención en el campo de la EM hacia un tema complejo y que muchas veces no recibe la atención que merece.
Dunia Chappotin
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Fuente: http://bit.ly/2Vj2H4D