Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Fundación de Investigación de São Paulo (Brasil) ha alertado del escaso desarrollo que se ha producido en las últimas décadas de medicamentos dirigidos a tratar enfermedades desatendidas, las cuales representan el 11% de todas las patologías a nivel mundial.
Entre enero de 2012 y septiembre de 2018, un total de 256 nuevos medicamentos ingresaron en mercado, pero solo ocho (3,1%) fueron diseñados para tratar enfermedades desatendidas. Este valor excede la proporción para 1975-1999, que fue de 1,1%, pero no alcanza la marca de 4,3% registrada entre los años 2000 y 2011.
El término «enfermedades desatendidas» se refiere a la malaria, enfermedades diarreicas, tuberculosis y otras 20 enfermedades tropicales como, por ejemplo, el dengue, chikungunya, chagas o la leishmaniasis. Ante esto, el estudio, publicado en ‘The Lancet Infectious Diseases’, ha evidenciando el «gran trabajo» que queda por hacer respecto a estas patologías.
De hecho, entre 2012 y 2018 ninguno de los medicamentos aprobados iba para enfermedades desatendidas, si dos se dirigieron a la malaria y tuberculosis, patologías que en los últimos 40 y 60 años, respectivamente, no habían contado con una nueva terapia.
«Los otros seis productos registrados entre 2012 y 2018 para este grupo de enfermedades son medicamentos reutilizados, biológicos o nuevas formulaciones. Los medicamentos reutilizados, por ejemplo, se utilizaron para tratar otras enfermedades y se aprobaron para nuevos usos clínicos«, han dicho los expertos.
No obstante, han reconocido que la lista de nuevas entidades químicas aprobadas se ampliará en 2019 con el desarrollo de fexinidazol, el fármaco oral más avanzado para la tripanosomiasis africana humana. «El medicamento ahora se está probando para detectar la enfermedad de Chagas», concluyen.
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Fuente: http://bit.ly/2JQe4fI