Estados Unidos:
Un equipo internacional de investigadores ha descubierto un vínculo entre los vasos linfáticos presentes en las meninges y el sistema inmunitario, con un potencial impacto en el entendimiento de la autoinmunidad. Mediante la inyección de un trazador fluorescente en el compartimento cefalorraquídeo de ratones, los científicos constataron la presencia de aquél en los vasos linfáticos meníngeos, observación que fue reproducible con la administración de un anticuerpo o de linfocitos T en el mismo compartimento.
Jonathan Kipnis, director del estudio, afirma que dado que las meninges que rodean el cerebro son ricas en diferentes tipos de células inmunitarias, es razonable pensar que éstas utilizan los vasos linfáticos para penetrar en los ganglios linfáticos cervicales. Esta hipótesis mostró ser cierta, siendo el receptor CCR7 la molécula responsable de este tráfico. Los autores indican que los vasos linfáticos en las meninges son pequeños en comparación con los de otras localizaciones anatómicas, por lo que cabía preguntarse si ello supone una limitación en la cantidad y tamaño de las cargas cuyo tráfico regulan.
Los actuales hallazgos confirman que estos vasos pueden asumir el tráfico linfocitario sin necesidad de cambiar de tamaño o de complejidad. La ausencia de expansión de estos vasos durante la inflamación es otro rasgo que los distingue de los vasos linfáticos convencionales. En su conjunto, el estudio adjudica un papel clave a estos vasos en la regulación de procesos inflamatorios y un significativo potencial como diana terapéutica.
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