Freno a una alternativa

Durante los últimos años, el CRISPR, un sistema de edición genética que puede ayudar a corregir defectos como los que causan enfermedades raras o a modificar el sistema inmune para que combata mejor el cáncer, ha generado gran interés. Pero se ha demostrado que puede haber efectos secundarios.

Ahora, “El País” publicó información sobre dos artículos en los que se vuelven a señalar los riesgos asociados a la técnica, uno liderado por un equipo de la farmacéutica Novartisen Boston, en Estados Unidos, y otro por investigadores del Instituto Karolinska en Suecia. En ambos se señala que la aplicación de CRISPR-Cas9 (esta última es la enzima que corta el ADN que se desea modificar) en células humanas puede facilitar la aparición de tumores.

La proteína P53 actúa como un guardián para que las células no crezcan sin control y percibe en lo que hace CRISPR-Cas9 una agresión que pone en peligro la estabilidad del genoma.

Lo que observaron los investigadores es que si se aplica la edición genética a un grupo de células, las que por algún motivo tienen desactivado el P53 se modifican con más facilidad. Por eso, entre las células reparadas por CRISPR habría muchas con el p53 estropeado y “si se trasplantasen a un paciente, como se hace en las terapias génicas para enfermedades hereditarias, esas células podrían provocar cáncer”, ha dicho Emma Haapaniemi, investigadora del Instituto Karolinska y una de las autoras de los estudios.

Por su parte, Manuel Serrano, investigador del Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona, opina que “estos trabajos no dicen que sea imposible modificar una célula con p53 funcional. Es menos eficiente, pero no es imposible. Una vez que se haya corregido un defecto genético se puede comprobar si esas células mantienen p53, así que habrá que añadir un test de calidad más para utilizar las células que lo mantienen y no las otras”.

 

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Fuente: https://goo.gl/DTW4Ti