Un estudio demuestra que eliminar ciertas bacterias presentes en el tejido pancreático reduce el crecimiento del adenocarcinoma pancreático (PDA) y revierte la inmunosupresión. George Miller, director del estudio, afirma que ya era bien conocido que el microbioma en el PDA se asocia inmunosupresión y que el concepto de que el páncreas no es un órgano estéril, como se creía hasta ahora, es nuevo. En los experimentos los investigadores observaron que tras inyectar Enterococcus faecalis marcado con fluorescencia en ratones la bacteria se localiza en el páncreas, lo que sugiere que podría influenciar el microambiente en ese órgano. Esta hipótesis mostró ser correcta, al observarse que en animales con susceptibilidad a desarrollar un tipo de PDA de progresión lenta la enfermedad no se desarrollaba si los animales se encontraban libres de microbiota. El tratamiento antibiótico ablativo oral redujo un 50% los tumores en los animales portadores de bacterias, mientras que la reintroducción de éstas después del tratamiento revirtió la protección frente al tumor y redujo la inmunogenicidad del mismo. En la comparación de la microbiota entre personas sanas y pacientes con PDA se constató que estos últimos presentaban una mayor abundancia de los taxones Proteobacteria, Synergistetes y Euryarchaeota, un desequilibrio que podría ser usado como biomarcador de riesgo de PDA, según Miller.
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