—¡Estúpidos zapatos de mi mamá! ¡No son voladores! ¡No sirven! Estoy segura que se descompusieron por sacarlos de la caja. Me dijo que nadie puede verlos o se iban a desaparecer. Ni siquiera se desaparecen. ¿Por qué con mi mamá si funcionan? ¿Por qué? ¿Por qué a otros le salen las cosas chidas y a mí no? Yo ni sé jugar con estos estúpidos, estúpidos zapatos. ¡¡¡Buaaaaaaaaaaa!!! …
—Se me hace que estos zapatos no son los mágicos, han de ser estos…. a ver… ¡No! ¡Estúpidos zapatos! Estos tampoco son los mágicos… a ver estos… ¿dónde está el otro? ¡Estúpido otro! ¿Dónde estás, estúpido? A ver… tú sí tienes que servir, tú sí tienes que servir para algo…
—¡Estúpido zapato, se me hace que estás enfermo! Sí, estás enfermo y por eso no sirves para nada. Ni siquiera sabes volar, no sabes jugar, no vas a llegar a grande porque te vas a morir…
¡Ahaaaaaaa! Ningún estúpido zapato sirve para nada…
—No, Bombo, no quiero verte, tú sólo puedes venir a jugar conmigo cuando yo pienso en ti y ahorita no te estoy pensando… pero aunque no te piense… mejor no te vayas, quédate aquí conmigo.
—Estoy segura que tú tampoco sabes cuáles son los zapatos voladores de mamá. ¿O si? ¿Sabes cuáles son? Me dices, ¡pórfa! Yo creo que tú sabes porque tú también tienes magia… ¡Te apareces cuando yo te llamo!… ¿tú me puedes curar la fermedad con tu magia?… ¡ándale! … ¡pórfis! …. bueno, entonces pregúntale a mi mamá cuáles son los zapatos mágicos… Sí te escucha, de veritas… sí te puede ver… ¡ay, Bombo, tú ni sabes nada! … Estoy segura que tampoco sabes por qué estoy enojada, ¿verdad? Bueno te voy a decir, pero no se lo digas a nadie… Bueno, pérate, deja te explico… quiero los zapatos voladores de mi mamá para ir a una estrellita del cielo…
—Mejor ya no quiero los zapatos… ¡ni sirven para nada! … ya no quiero nada … no, Bombo, no quiero jugar contigo ni con nadie… estoy muy cansada, me duelen mis piernas… aquí me quiero quedar para siempre y ya no voy a ir a la escuela ni a ningún lado… mejor vete y busca otra amiga, yo no sirvo…
…
—¿Crees que yo algún día tenga magia para hacerlos funcionar? …ya sé que no soy mamá, pero un día cuando sea grande sí voy a ser mamá … bueno, está bien … sí voy a llegar a grande, ni que fuera uno de esos zapatos estúpidos que no crecen. ¿No has visto que mis pantalones ya me quedan más chiquitos, pus porque estoy creciendo, ¡daaaa! … ¡mejor me muero hasta que sea muy viejita como mi Babushka!
—Mira, Bombo, si tomo la medicina que me da mi mamá y la que me ponen en el hospital, me vivo muy lejos. Por ejemplo, cuando tú te viviste … jajajajajajajaja ¡¡¡no sé cuándo te viviste!!!
—¡Ay, Bombo! ¡Te quiero mucho! … ¿quieres que juguemos? … ¿jugamos a las escondidas? … al fin que nadie puede verte … jajajajajaja, oye, Bombo, cuando tu mamá se enoja contigo, ¿no puede verte ni en pintura verdad? jajajajajajajajaja … no, no te estoy bromeando, ni quiero verte la cara de tonto …jajajajajaja, bueno, adiós, luego nos vemos, ¡jajajajjajaja!