Abul Bajandar no ha tenido una vida fácil. Este hombre de 27 años, que vive en Bangladesh y tiene una hija pequeña, padece epidermodisplasia verruciforme, una de las enfermedades más raras del mundo.

La dolencia ha hecho que en sus extremidades se le hayan formado verrugas extrañas que recuerdan a la corteza de los árboles, de ahí el apodo con el que se le conoce: el ‘hombre árbol’.

Se ha cometido a 16 operaciones en las que se le han extirpado las malformaciones y lleva un año ingresado, un calvario que ahora por fin vislumbra un final feliz y lleno de esperanza para él, según relata ‘The Guardian’.

Abul cuenta desde su cama en el hospital, donde ha recibido atención de forma gratuita, que el dolor antes de las cirugías era insoportable.

FOTOGALERÍA: Todo un suplicio para Abul, que por fin mira al futuro con esperanza

«Nunca pensé que sería capaz de sostener a mi hija en mis brazos», dijo, mostrando una mano vendada. «Ahora me siento mucho mejor.Puedo tener a mi hija en mi regazo y jugar con ella. No veo el momento de volver a casa».

Abul se casó con Halima Khatun antes de contraer la enfermedad y poco después de la boda, que celebraron por amor y contra los deseos de sus padres, Abul enfermó y tuvo que dejar de trabajar.

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Este era el aspecto de Abul antes de someterse a las 16 cirugías (AFP/Getty Images)

Este expiloto de 27 años es una de las cuatro personas en el mundo diagnosticadas con esta enfermedad, que hizo que fuera incapaz de seguir criando a su hija de tres años. Ahora, Abul solo tiene que someterse a un par de cirugías más, unos ‘retoques’ estéticos para mejorar el aspecto definitivo de sus extremidades.

Se espera que le den el alta en algo más de un mes. La doctora que le ha llevado, Samanta Lal Sen, coordinadora de la unidad de Cirugía Plástica en el Hospital de la Facultad de Medicina de Dhaka, cree que es «un hito notable en la historia de la ciencia médica».

La doctora cree que Abul podría ser la primera persona curada de esta enfermedad en el mundo, siempre que las verrugas no vuelvan a crecer, una esperanza a la que se aferra también la mujer de Abul, Halina, que no se ha apartado de él desde que está en el hospital.

«Estaba tan preocupada por cómo iba a criar a mi hija…», ha contado ella emocionada. «Espero que la maldición no vuelva otra vez».

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Fuente: http://tuotrodiario.hola.com/en-la-red/2017010965405/hombre-arbol-puede-abrazar-hija/