Se han publicado los resultados de lo que consideramos el primer estudio que proporciona evidencia preliminar de que una una intervención psicológica (congnitiva-conductual o pensamiento-conducta) basada en un grupo puede promover la calidad de vida y el bienestar psicológico de personas con Esclerosis Múltiple diagnosticada recientemente.
La EM es una enfermedad crónica que generalmente se diagnostica entre la década de los 20 a los 40 años de edad, siendo más frecuente entre las mujeres que en los hombres a razón de 3:1. El curso de la enfermedad es impredecible y en la mayoría de los casos se caracteriza por brotes y períodos de remisión de los síntomas. El origen de esta enfermedad no se conoce y no está disponible una cura definitiva de esta enfermedad.
Todas estas características de la Esclerosis Múltiple tienen consecuencias psicológicas para los pacientes, en comparación con la población general, presentando más frecuentemente síntomas depresivos y peor calidad de vida. Por esta razón se necesitan de intervenciones psicológicas para apoyar a estos pacientes a hacer frente a los desafíos de la Esclerosis Múltiple y promover su bienestar y ajuste global a esta enfermedad.
Se han publicado los resultados de un estudio que evaluó una intervención cognitivo-conductual basada en el grupo destinado a promover la calidad de vida y el bienestar psicológico de la esclerosis múltiple de diagnóstico reciente (EM) de los pacientes (hasta 3 años desde el diagnóstico).
Existe evidencia científica sobre la eficacia de la terapia congnitivo-conductual individual para promocionar la autogestión de los síntomas, reducir la ansiedad y la depresión, aumentar las estrategias de afrontamiento y mejorar la calidad de vida y bienestar. Aunque también disponemos de evidencia sobre intervenciones grupales o terapia de grupo en las que además se incluye el beneficio de apoyo recíproco entre participantes, el intercambio de información, experiencias y emociones y la oportunidad de aprender estrategias de afrontamiento de los demás.
Los resultados de este estudio sugieren que la intervención cognitivo-conductual fomenta la calidad de vida y el bienestar psicológico de los pacientes con Esclerosis Múltiple recientemente diagnosticados mediante la reducción de sentimientos negativos y la promoción de la salud mental y el optimismo, sobre todo a largo plazo (1 año).
La evidencia preliminar sugiere que una intervención psicológica, enfocada a la vinculación del pensamiento y la conducta, en base a un grupo centrado en la redefinición de identidad, sentido de la coherencia y la autoeficacia promueve la calidad de vida (aumento de la salud mental) y el bienestar psicológico (disminución de sentimientos negativos y aumento de optimismo) en pacientes de Esclerosis Múltiple con diagnóstico reciente (hasta 3 años desde el diagnóstico).
Los primeros años siguientes al diagnóstico de Esclerosis Múltiple deben considerarse un buen momento para una intervención psicológica dirigida a promover la adaptación del paciente a la enfermedad.
Debemos encontrar estrategias para aumentar la participación de estos pacientes en intervenciones psicológicas.
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