Una cepa oral genéticamente modificada del probiótico ‘Lactobacillus’ empleada para tratar a ratas con presión arterial alta en los pulmones llevó a la reducción de la presión arterial, la mejora de la contractilidad del corazón y la disminución del espesor de la pared del corazón en estos animales, según los resultados de un estudio presentado en las Sesiones Científicas de 2016 del Consejo de Hipertensión de la Asociación Americana del Corazón.
La presión arterial alta en los pulmones se conoce como hipertensión pulmonar, un trastorno en el que el corazón tiene que trabajar más para bombear la sangre desde el corazón a través de las arterias hasta los pulmones, lo que pone presión adicional en el corazón. Entre los factores de riesgo para la hipertensión pulmonar están los antecedentes familiares, defectos congénitos del corazón, el consumo de cocaína y la enfermedad pulmonar crónica.
«Se sabe que el péptido angiotensina (1-7), o Ang- (1-7), resulta beneficioso para el tratamiento de la hipertensión pulmonar en experimentos con animales. Pero tomar este péptido por vía oral no es eficaz porque se degrada fácilmente en el estómago», explica uno de los autores del estudio, Colleen Cole Jeffrey, asistente de investigación en el Departamento de Fisiología y Genómica Funcional en la Universidad de Florida en Gainesville, Estados Unidos.
«Para superar este obstáculo, modificamos genéticamente las cepas de ‘Lactobacillus’, una bacteria probiótica, para expresar y secretar Ang- (1-7). Y en un estudio en animales, hemos estudiado si la alimentación por vía oral de estas bacterias modificadas conseguiría tratar con eficacia la hipertensión pulmonar«.
Los investigadores midieron el espesor de la pared del corazón de la rata y la capacidad del corazón para contraerse, así como la presión arterial sistólica en el lado derecho del corazón, que es un marcador de la hipertensión pulmonar. «Todos los animales con hipertensión pulmonar tuvieron niveles elevados de presión arterial, aumento del grosor de la pared del corazón y disminución de la contractilidad cardiaca en comparación con los animales normales», explica Jeffrey Cole.
CONSIGUE REDUCIR LA PRESIÓN ARTERIAL EN RATAS
«Sin embargo, el grupo de animales hipertensos pulmonares que fueron alimentados con el probiótico Ang-(1-7) tuvieron una reducción del 43 por ciento de la presión arterial, una disminución del 33 por ciento del espesor de pared del corazón y una mejora significativa en la contractilidad del corazón, en comparación con los animales no tratados con hipertensión pulmonar», añade.
Estos hallazgos son experimentales, pero sugieren que los probióticos pueden ser modificados para la administración oral de péptidos beneficiosos, como Ang- (1-7), y el consumo de estos probióticos modificados pueden tratar la hipertensión pulmonar y la disfunción cardiaca asociada, agrega.
«Realmente, todavía hay mucho más trabajo por hacer –subraya Mohan Raizada, investigador principal del estudio–. Pero si nuestros datos de los animales son ciertos en ensayos clínicos, el consumo de probióticos, así como el uso de probióticos genéticamente modificados, pueden surgir como un nuevo enfoque terapéutico para el tratamiento de la hipertensión pulmonar, ya sea como tratamiento independiente o en combinación con otras terapias médicas».