Sinónimos: Trombofilia hereditaria por deficiencia de PC
Prevalencia: –
Herencia: Autosómico recesivo
Edad de inicio o aparición: Infancia
Resumen
El déficit congénito de proteína C es un trastorno hereditario de la coagulación debido a una reducción del nivel de síntesis y/o actividad de la proteína C y caracterizado por síntomas profundos de trombosis venosas.
La prevalencia del déficit grave de proteína C (formas homocigotas o heterocigotas compuestas) se estima en 1/500.000. El déficit parcial (formas heterocigotas) es mucho más frecuente (1/200 – 1/500). Afecta por igual a hombres y mujeres.
Los pacientes con un nivel indetectable de proteína C, por lo general manifiestan la enfermedad varias horas o días después de nacer, con una púrpura fulminante (ver este término) o una trombosis venosa masiva. La púrpura fulminante es una manifestación muy grave, que provoca coagulación diseminada y necrosis tisular. Los pacientes con un nivel bajo, pero detectable de proteína C presentan síntomas leves, por lo general, parecidos a los que presentan los individuos heterocigotos. Habitualmente, los pacientes heterocigotos permanecen asintomáticos hasta la edad adulta. Ciertas circunstancias, como la cirugía, el embarazo o una inmovilización, aumentan el riesgo trombótico.
La manifestación más frecuente de la enfermedad es la trombosis venosa profunda de los miembros inferiores, complicada o no con una embolia pulmonar. Puede ocurrir una trombosis venosa cerebral o mesentérica. El déficit de proteína C está causado por mutaciones en el gen PROC (2q13-q14), que controla la producción de proteína C. La transmisión es autosómica recesiva.
El diagnóstico se basa en la medida del nivel de proteína C. Los niveles de la actividad de la proteína C varían de 0 a 30% en los déficits graves y de 30 a 70% en los déficits parciales. Hay dos formas biológicas de la enfermedad. El déficit de tipo I se caracteriza por la reducción concordante de la actividad de proteína C y antígeno. En el déficit de tipo II, la actividad de la proteína C es reducida, pero el antígeno de proteína C es normal. Los tests moleculares están disponibles, pero no son necesarios para el diagnóstico.
El diagnóstico diferencial incluye otras trombofilias hereditarias, como los déficits de antitrombina y proteína S (ver estos términos).
El diagnóstico prenatal es posible para las familias con hijos afectados y se basa en la identificación de la mutación causal en el ADN obtenido de muestras de vellosidades coriónicas.
El tratamiento de la púrpura fulminante neonatal necesita un manejo urgente, con una administración rápida de concentrados de proteína C o de plasma fresco congelado. En ocasiones es necesaria una escisión de las lesiones trombóticas. Los pacientes con trombosis deben recibir un tratamiento anticoagulante (heparina, warfarina). Debe ponerse atención al riesgo de necrosis cutánea inducida por la cumarina (warfarina).
El tratamiento preventivo está indicado en los casos con un fuerte historial familiar positivo de enfermedades trombóticas, durante el periodo perioperatorio o periparto.
El pronóstico puede ser grave en pacientes homocigotos o heterocigotos compuestos. El pronóstico es bueno para los pacientes heterocigotos. Con una adecuada monitorización y tratamiento, el riesgo de enfermedad tromboembólica se reduce de forma considerable.
El fallecimiento puede estar provocado por una embolia pulmonar.
Revisores expertos
- Pr Jenny GOUDEMAND
Última actualización: Noviembre 2009
Fuente: Orphanet (Trombofilia hereditara por deficiencia congénita de proteína C)