No me lo tomen a mal, pero en todas las cadenas o formas de comunicación actuales (WhatsApp, Facebook, Twitter o el antiquísimo correo-e) todos desean que si el amor, que si la paz, que si el encuentro, que si no sé qué… Muy bien. Sé que esos deseos son de corazón, pero yo quisiera desearles otra cosa:
Que en el año que está por comenzar, sean más apasionados.
Que tiren las puertas que no les quieren abrir.
Que ejerzan sus derechos.
Que trabajen por sus enfermos el doble que el año que termina.
Que obliguen a los negligentes a hacer su trabajo.Que les den a sus enfermos, todos los días, el mejor abrazo que puedan dar.
Que no se den por vencidos.
Que se rompan la madre por una gran causa.
Que entreguen todo su ser a quien les entrega todo su amor.
Pero sobre todo, que sigan protegiendo a esas personitas tan especiales que dependen de ustedes y que confían en que todo va a estar mejor.
Para nuestros enfermos, alguien como nosotros nunca sobra, y siempre hace falta.