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Achucarro se diferencia por su apuesta en la investigación de las conexiones entre las neuronas y las células gliales
La crisis sanitaria que estamos superando nos ha mostrado la importancia del trabajo científico y de la investigación en las fronteras del conocimiento. La planificación estratégica es fundamental en este ámbito y Achucarro (Achucarro Basque Center for Neuroscience) acaba de completar su plan para el periodo 2022-2025. El estudio del cerebro, a nivel celular y molecular, es el eje sobre el que ejerce su labor con el objetivo de entender su funcionamiento cuando está sano y analizar los cambios que se producen a lo largo de la vida, en el envejecimiento además de las afecciones neurológicas, como pueden ser las demencias (Alzheimer), los accidentes cerebro-vasculares (ictus) o las enfermedades raras de origen neurológico como el Síndrome de Dravet o la enfermedad de McArdle.
Con el fin de buscar una solución a estas afecciones, el centro Achucarro está especializado en conocer el papel de las células gliales, un campo específico de la neurociencia. Las células gliales son aquellas que permiten a las neuronas poder desarrollar sus funciones; es decir, que las personas sean capaces de moverse o de pensar. Es un trabajo coordinado el que llevan a cabo las neuronas y las células gliales, lo que es imprescindible para el funcionamiento del cerebro sano. Sin embargo, cuando esta combinación no es la correcta se dan disfunciones que son el origen de las mermas que se producen con la edad así como de las severas afecciones de las enfermedades neurológicas.
A través de su Plan Estratégico, para el que aspiran a movilizar 20 millones de euros, quieren continuar profundizando en la importancia de la mejora de conocimiento de las interacciones que se dan entre las neuronas y las células gliales, tanto desde el nivel molecular y celular como desde los circuitos y los sistemas que componen el sistema nervioso, y en particular el cerebro.
Referente en investigación
Este centro, que se ubica en Leioa, toma el nombre de Nicolás Achúcarro que destacó a principios del siglo XX como un pionero en la investigación del cerebro. Achucarro es uno de los centros de investigación con acreditación BERC (Basque Excellence Research Centre) del Gobierno vasco y ha centrado su trabajo en el mismo órgano que lo hizo el científico bilbaino. En la entidad son conscientes de que la comprensión del funcionamiento del cerebro ha estado y sigue estando determinada por las limitaciones técnicas que dificultan analizar y comprender su biología así como por las restricciones éticas que «nos autoimponemos por la naturaleza de este órgano en particular, en el que desarrolla y mantiene lo que somos, y nuestra memoria».
Con esa visión han apostado por la identificación del origen genético y molecular de los circuitos neuronales durante el desarrollo y el envejecimiento, por la caracterización de los mecanismos genéticos, moleculares y celulares de las enfermedades neurodegenerativas y autoinmunes del cerebro, y por la investigación translacional que contribuye al desarrollo de nuevas estrategias para el tratamiento de enfermedades del cerebro.
Y estas tres líneas de actuación se basan en el lema de Achucarro: Conocer para curar, que se liga con una de las corrientes actuales en la investigación biomédica que señala que es preciso trabajar «del laboratorio a la clínica, y vuelta al laboratorio». Es decir, que las investigaciones sean aplicables a los pacientes y que se produzca un camino de retroalimentación para poder seguir desarrollando nuevos tratamientos en el laboratorio.
jpb / bilbao
Fuente: https://www.deia.eus/vivir-on/salud/2021/09/24/conocer-cerebro-curarlo-dia/1153549.html