Para los pacientes con atresia biliar, las opciones de tratamiento disponibles son limitadas. Actualmente, la rara afección del hígado y las vías biliares puede progresar a una fibrosis hepática en etapa terminal y no se puede prevenir ni tratar con medicamentos. La línea de tratamiento preferida es un método quirúrgico llamado procedimiento de Kasai. Sin embargo, comparte Medical XPress, los investigadores de Cincinnati Children recientemente utilizaron organoides biliares funcionales, desarrollados con tejido enfermo, para identificar opciones de tratamiento potencialmente más eficaces.
Atresia biliar
Para empezar, ¿qué es la atresia biliar? Esta rara condición causa un sistema biliar bloqueado o que funciona mal en los bebés. Normalmente, la bilis se mueve a través del sistema biliar desde el hígado hasta la vesícula biliar. Sin embargo, en pacientes con atresia biliar, los conductos biliares (dentro y fuera del hígado) están marcados o bloqueados. Esto hace que la bilis se acumule, se acumule en el hígado y cause más cicatrices o problemas de salud.
Los síntomas suelen aparecer entre 2 y 8 semanas después del nacimiento. Es un poco más probable que la atresia biliar afecte a las mujeres que a los hombres. La causa de esta afección aún se desconoce relativamente.
Los síntomas incluyen:
- Heces de color amarillo pálido, blanco o gris Ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos)
- Orina de color amarillo oscuro o marrón
- Poco aumento de peso y / o retraso del crecimiento
- Irritabilidad
- Alta presión sanguínea
- Distensión abdominal
- Hígado anormalmente grande
- Malformaciones cardíacas o renales
- Cicatrización del hígado
- Picazón intensa
- Insuficiencia hepática
La investigación
Dentro de su estudio, los investigadores utilizaron por primera vez tejido enfermo para desarrollar organoides biliares. Esto es muy importante. Al usar tejido enfermo, los investigadores pueden ver cómo funciona el tejido de primera mano, lo que les da una comprensión completa de cómo el tejido humano, en lugar de modelos de ratón o tejido no humano, respondería a los cambios o tratamientos. Según el estudio publicado, los investigadores buscaron comprender qué mecanismos conducían al desarrollo de colangiocitos anormales.
Una vez que se desarrollaron estos organoides, los investigadores los compararon con los organoides desarrollados con tejido hepático sano. A continuación, comenzaron a explorar cómo los dos eran estructuralmente diferentes.
Los hallazgos incluyen:
- Los organoides desarrollados con tejido sano se componían de células fuertemente unidas con una capa exterior protectora. La forma en que se configuraron los organoides les permitió funcionar de diferentes maneras. En pacientes sanos, los revestimientos de células epiteliales evitan que los ácidos biliares irriten los conductos biliares o causen problemas.
- Alternativamente, los organoides enfermos tenían capas internas y externas desorganizadas, así como células volteadas o ubicadas anormalmente. Debido a esto, los ácidos biliares pueden moverse a través de estos espacios, causando irritación e inflamación celular, así como daño al sistema biliar.
Por lo tanto, los investigadores encontraron que los problemas de permeabilidad celular podrían, en última instancia, provocar cicatrices en el hígado. A continuación, los investigadores exploraron la razón detrás de estos problemas. Descubrieron que el factor de crecimiento de fibroblastos 2 (FGF2) y el factor de crecimiento epidérmico (EGF) eran inactivos en los organoides biliares enfermos. Luego, los investigadores trataron estos organoides en un intento de reactivar las vías FGF2 y EGF. Al hacerlo, los investigadores encontraron que los organoides comenzaron a desarrollarse de una manera más saludable.
Próximos pasos
Entonces, ¿podría mejorar la orientación de las vías FGF2 y EGF los resultados de los pacientes? Bueno, ese es el siguiente paso en la investigación. En primer lugar, los investigadores deben evaluar a los pacientes humanos con atresia biliar para determinar si FGF2 y EGF son anormales en estos pacientes. Esto es crucial, ya que no es suficiente que solo los organoides lo demuestren. A continuación, los investigadores deben determinar si existen fármacos actuales que puedan satisfacer esta necesidad de tratamiento en los bebés o si es necesario el desarrollo de fármacos. Finalmente, se requerirían ensayos clínicos para evaluar mejor el fármaco. Sin embargo, tener una mejor comprensión de los posibles mecanismos subyacentes que pueden conducir a la atresia biliar es un buen primer paso.
Jessica Lynn