La música de Mozart tiene un efecto antiepiléptico y puede ser un posible tratamiento para prevenir las crisis epilépticas, según ha demostrado una nueva investigación publicada recientemente en European Journal of Neurology y presentada en el transcurso del 7º Congreso de la Academia Europea de Neurología (EAN). Los investigadores creen que las propiedades acústicas de la música son las responsables de este efecto y, en este sentido, el estudio puso de manifiesto, en base a la mesura de datos mediante electrodos intracerebrales que se habían implantado en el cerebro de los sujetos, que al escuchar la sonata para dos pianos K448 se redujeron en un 32% las descargas epileptiformes (DE), algo que no sucedía, por ejemplo, escuchando a Haydn.
La segunda parte del estudio se centró en intentar explicar este efecto Mozart en la epilepsia, máxime cuando se observaba que hombres y mujeres respondían de forma diferente a las dos piezas musicales. El estudio concluye que posiblemente, las características físicas ‘acústicas’ de la música de Mozart afecta a las oscilaciones cerebrales, o a las ondas cerebrales, lo que es responsable de la reducción de las DE, especialmente en el lóbulo temporal lateral, que es la parte del cerebro que participa en la traducción de las señales acústicas, más que en la región límbica mesiotemporal, que desempeña un papel importante en la respuesta emocional a la música.
Los expertos creen que los resultados del estudio podrían allanar el camino para el desarrollo de terapias musicales individualizadas para prevenir y controlar los ataques epilépticos en el futuro y han pedido que se investiguen más los efectos de la música en el cerebro.
Redacción / Eur J Neurol