Madrid, España:
Cada año fallecen entre 20.000 y 30.000 personas a causa de la leishmaniasis, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, a diferencia de lo que ocurre con la leishmaniosis canina, para la que sí hay vacuna, aún no disponemos de una vacuna para prevenir la enfermedad en los seres humanos. Ahora, un equipo de científicos liderado por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha identificado una proteína, la SHP-1, que cuando se activa permite que el parásito Leishmania –que causa la leishmaniasis– pueda eludir la protección de nuestro sistema inmune. La SHP-1, que interviene en funciones celulares básicas, como el crecimiento o la proliferación, se convierte así en una potencial diana terapéutica para desarrollar vacunas contra esta enfermedad.
En la investigación, que han publicado en Cell Reports, se ha descrito el mecanismo por el que el parásito Leishmania evita ser detectado por nuestras defensas. La proteína SHP-1 tiene otra función que consiste en limitar la capacidad de las células dendríticas para la presentación cruzada de antígenos y evitar así trastornos autoinmunitarios, es decir, que nuestros linfocitos ataquen un tejido sano del organismo. Por lo tanto, el parásito Leishmania enmascararía su presencia activando este punto de control de la respuesta inmunitaria.
Cada año fallecen entre 20.000 y 30.000 personas a causa de la leishmaniasis, según la Organización Mundial de la Salud (OMS)
Según han comprobado los investigadores, la SHP-1 se activa cuando Leishmania secreta una molécula capaz de interaccionar con un receptor llamado Mincle en células dendríticas que se encargan de presentar antígenos y ayudar a que los linfocitos T desencadenen una respuesta inmunitaria.
El profesor Salvador Iborra, investigador del Departamento de Inmunología, Oftalmología y ORL de la UCM, ha explicado que “para que la célula dendrítica pueda presentar antígenos a los linfocitos T, tiene que haber sido infectada también por el patógeno, o si no, deberá adquirir ‘restos’ de otra célula infectada. Este último proceso se llama ‘presentación cruzada de antígenos’ y requiere de toda una maquinaria enzimática especializada”.
Inhibidores de SHP-1 en la vacuna contra la leishmaniasis
Para realizar la investigación, en la que también participan el Centro Nacional de Investigaciones Cardiológicas (CNIC) y el Champalimaud Centre for the Unknown de Lisboa, se han empleado ratones modificados genéticamente como modelo experimental que carecen del receptor Mincle, o de la enzima SHP-1 en células dendríticas.
“Cualquier avance en nuestro conocimiento sobre la inmunidad frente al parásito puede ser útil para el desarrollo de una vacuna eficaz”
El profesor Iborra ha añadido que también han comprobado “la utilidad de compuestos químicos que bloquean la activación de SHP-1, como NSC-87877. Uno de los resultados del estudio consiste en demostrar que la vacunación con células dendríticas tratadas con este inhibidor y a las que se le añaden lisados del parásito, pueden inducir una respuesta de linfocitos citotóxicos y proteger a los ratones frente a la infección”.
Tal y como, concluye Iborra, “cualquier avance en nuestro conocimiento sobre la inmunidad frente al parásito puede ser útil para el desarrollo de una vacuna eficaz”.
Eva Salabert