Estados Unidos:
Los tumores pediátricos del sistema nervioso central (SNS) constituyen la segunda causa de muerte en los menores de 15 años, tan sólo superada por la leucemia. Las nuevas técnicas de secuenciación genómicas han comenzado a esclarecer la patogénesis de muchos tumores cerebrales pediátricos. Sin embargo, los desafíos que presenta el abordaje de estos tumores limita la capacidad de nuevas terapias efectivas.
Los tumores cerebrales pediátricos tienen una carga mutacional relativamente baja, lo que impide la efectividad de aquellos enfoques terapéuticos que aprovechan los eventos genómicos dirigidos. Un nuevo artículo, publicado en la revista Cell, explora las complejidades estos tumores y avanza algunas pistas para futuras terapias
El trabajo presenta un análisis proteogenómico completo, que incluye secuenciación del genoma completo, secuenciación de ARN y perfiles de proteómica y fosfoproteómica, de 218 tumores en 7 tipos histológicos de cáncer cerebral infantil: glioma de grado bajo, ependimoma, alto glioma de grado, meduloblastoma, ganglioglioma, craneofaringioma y tumor rabdoide teratoide atípico.
Gracias a este análisis, se identificó una serie de proteínas únicas creadas por diferentes tipos de tumores cerebrales que permitió a los investigadores establecer conexiones entre la presencia de ciertas proteínas y el pronóstico de un paciente.
Inhibidores MEK / MAPK
Los investigadores examinaron las muestras de tumores, que provenían de siete tipos diferentes de cánceres cerebrales pediátricos, y se destacaron algunas similitudes sorprendentes. La agrupación de consenso basada en datos proteómicos globales identificó ocho agrupaciones con distintos resultados de supervivencia, puntuaciones de tallo, índices de proliferación y actividades de la vía.
Por ejemplo, el equipo identificó dos subgrupos distintos de craneofaringioma pediátrico, un tumor particularmente difícil de tratar. Uno de los subgrupos de estos tumores craneales era notablemente similar al glioma de bajo grado con una mutación BRAF (V600E). Este hallazgo indica que las quimioterapias que ya se utilizan con éxito para tratar estos gliomas de bajo grado en particular podrían ayudar con algunos craneofaringiomas.
“Se generaron datos genómicos, transcriptómicos, proteómicos y fosfoproteómicos de alta calidad como un recurso público a partir de una cohorte retrospectiva de 218 muestras de tejido congelado recolectadas por una sola institución”
“Este estudio representa el primer intento de realizar un análisis integrador de proteogenómica a gran escala para múltiples diagnósticos distintos de tumores cerebrales pediátricos para descubrir nuevas terapias dirigidas eficaces. Se generaron datos genómicos, transcriptómicos, proteómicos y fosfoproteómicos de alta calidad como un recurso público a partir de una cohorte retrospectiva de 218 muestras de tejido congelado recolectadas por una sola institución”, señalan los investigadores.
Aunque el diagnóstico histológico sigue siendo la piedra angular para clasificar los tumores en categorías terapéuticas, los subgrupos moleculares dentro de tumores histológicamente similares se pueden identificar sobre la base de la transcriptómica, la genómica y la metilómica. “Nuestro estudio se basa en el reconocimiento de que la proteómica / fosfoproteómica debe integrarse con otras ómicas para obtener una visión mejorada de la biología del sistema de los subgrupos moleculares“, continúan.
Asimismo, el estudio defiende la importancia de caracterizar temas biológicos que cruzan los límites histológicos y unen tumores individuales de histologías y células de origen dispares, porque tales conocimientos pueden conducir a nuevas extensiones de tratamientos que han demostrado ser eficaces en un tipo de tumor a otro, histológicamente dispares. Por ejemplo, tumores BRAF. Esta observación sugiere el uso potencial de inhibidores de MEK / MAPK en un subconjunto de tumores pediátricos, que actualmente no tiene opciones sólidas de quimioterapia.
Mutaciones pronósticas
Otro hallazgo interesante que destaca el artículo es la mutación genética H3K27M en el glioma de alto grado. Los pacientes pediátricos con esta mutación presentan un pronóstico peor y la supervivencia es muy limitada. En cambio, entre los niños con gliomas de alto grado que no tienen la mutación, es más difícil saber si su cáncer será especialmente agresivo. En estos gliomas no mutados, un exceso de las proteínas IDH1 e IDH2 indicaría que el cáncer será agresivo.
Los investigadores también encontraron que los tumores iniciales en los niños se veían dramáticamente diferentes de los tumores recurrentes, lo que sugiere que sería necesario un método de tratamiento completamente nuevo para ellos. Los marcadores inmunes dentro de los tumores cerebrales pediátricos también sugieren que los pacientes podrían beneficiarse inmediatamente de las inmunoterapias, cuya práctica no es habitual en los tumores cerebrales pediátricos.
Todas las muestras se obtuvieron del Children’s Hospital of Philadelphia y el estudio fue llevado a cabo por los miembros del Consorcio de Análisis de Tumores Proteómicos Clínicos del Instituto Nacional del Cáncer.
Sandra Pulido