Madrid, España:
Una de las cosas que más ha puesto sobre la mesa esta pandemia de COVID-19 es que la investigación y la ciencia son básicas para la vida; sin ellas no podemos progresar, y son fundamentales para el avance en los tratamientos médicos.
En el campo del cáncer, que tanto preocupa a todos, a finales del año pasado se dio un paso muy importante en nuestro país con la apertura el pasado mes de diciembre del primer centro preparado para usar protonterapia, la técnica radioterápica más avanzada, precisa y segura del momento.
Hasta ahora, los pacientes españoles en los que estaba indicado este tratamiento tenían que viajar a otros países europeos como Francia o Suiza, donde sí existen unidades de este tipo. En concreto, esta radioterapia por protones es especialmente útil en tumores que requieren de dosis altas para ser controlados, y que están localizados cerca de estructuras u órganos muy sensibles a la radiación (cercanos al tronco cerebral, a la vía óptica o a la médula espinal, tumores de cabeza y cuello, entre otros), así como en tumores pediátricos.
De hecho, según destaca la doctora Carme Ares, jefa de Oncología Radioterápica del Centro de Protonterapia Quirónsalud, ubicado en Pozuelo de Alarcón (Madrid) y primero de sus características en España, en el caso concreto de los niños es muy útil dado que sus órganos están todavía en desarrollo, son todavía muy sensibles, por lo que es aún más importante el evitar irradiar dichos tejidos. De hecho, precisamente estos beneficios hacen que en estos primeros cinco meses de actividad del centro más de la mitad de los pacientes tratados hayan sido menores de 14 años.
La Sociedad Americana de Oncología Médica recuerda en este sentido cómo los tratamientos contra el cáncer (quimioterapia, radioterapia y cirugía) en los niños también pueden ocasionarles problemas de salud a nivel posterior.
La experta detalla que, gracias a las propiedades físicas de los protones, aplicados en dosis específicas, estos pueden actuar con precisión en el interior de los tejidos, consiguiendo una mayor actividad antitumoral, y generando un menor daño en el tejido sano, algo vital para el desarrollo de los niños.
La Sociedad Americana de Oncología Médica (ASCO, en sus siglas en inglés) recuerda en este sentido cómo los tratamientos contra el cáncer (quimioterapia, radioterapia y cirugía) en los niños también pueden ocasionarles problemas de salud a nivel posterior, ya que «pueden afectar tanto a las células normales como a las células cancerosas», de forma que algunos órganos y partes del cuerpo ven afectado su desarrollo por la radiación.
«El cuerpo de niños más pequeños tiende a ser más sensible a los efectos de la radiación, y algunos presentan un mayor riesgo por los efectos secundarios. Por ejemplo, los niños con retinoblastoma(cáncer en el ojo) de tipo hereditario son más sensibles a los efectos de la radiación», subraya.
Por eso, la doctora Ares resalta que, entre los múltiples beneficios que ofrece la terapia de protones, destaca esa mínima o nula radiación en los alrededores del tumor, una menor dosis total de radiación por tratamiento, la reducción «muy significativa» de riesgo de tumores secundarios, derivados a veces de esos tratamientos previos y, en definitiva, la mejora de la calidad de vida del paciente.
Otra de sus ventajas, según subraya, es que es aplicable a la mayor parte de los tumores pediátricos con intención curativa: «El beneficio de los protones es significativo en la mayoría de los pacientes pediátricos, especialmente en aquellos tumores sólidos que necesitan una radioterapia en el tratamiento multidisciplinario de estas patologías».
Diferencias con la radioterapia convencional
En cuanto a las diferencias con la radioterapia convencional, el director técnico y jefe del Servicio de Física Médica del Centro de Protonterapia de Quirónsalud en Madrid, el doctor Alejandro Mazal, precisa que la radioterapia de protones es una técnica «exacta» que como su nombre indica emplea protones, mientras que en la radioterapia convencional los fotones.
«Los protones llegan, penetran los tejidos, van depositando dosis, toda la dosis en el tumor, y después paran. En cambio, los fotones de la radioterapia convencional administran una dosis de radiación antes y después de llegar al tumor, afectando al tejido sano circundante. No significa que los fotones sean malos, los fotones son excelentes, es lo que sabemos usar hoy en día, pero para una proporción de pacientes, como por ejemplo los niños, el hecho de que esa dosis no salga, significa que se preservan esos tejidos sanos tan necesarios», señala el especialista.
Por eso es una técnica radioterápica «segura y precisa», según insiste el doctor Mazal, ya que, gracias a las propiedades de los protones, estos se detienen en un punto determinado, evitando dañar el tejido circundante, y reduciendo así los posibles efectos secundarios de la radioterapia.
En los pacientes pediátricos es preciso adaptar la dosis y, en la mayoría de casos (especialmente si son muy pequeños), es necesario aplicarles una anestesia para tenerlos inmovilizados durante los 30-40 minutos que deben permanecer en la sala de tratamientos sin moverse.
La protonterapia no ha parado durante el estado de alarma
Además, el ejemplo de la importancia que tiene para el abordaje del cáncer la apertura de este centro se ha visto claramente durante el Estado de Alarma causado por el nuevo coronavirus. Siguiendo unos estrictos protocolos de seguridad y planes de contingencia la actividad se ha mantenido de forma ininterrumpida, apunta por su parte el doctor Raymond Miralbell, director médico del Centro, donde desde su apertura han iniciado el tratamiento 24 pacientes y ya lo han finalizado «con éxito trece de ellos.
«Cada caso es estudiado y valorado de forma individualizada por el equipo multidisciplinar del Centro de Protonterapia Quirónsalud (médicos oncólogos radioterápicos, técnicos y físicos médicos expertos en Protonterapia), junto con el equipo médico del que procede el paciente. De esta forma se valora objetivamente el beneficio y la indicación del tratamiento de la Protonterapia», señala Miralbell, que celebra que en estas semanas los pacientes hayan podido continuar con sus tratamientos «de forma segura y con éxito».
Actualmente el Centro de Protonterapia está en vías de obtener la «Certificación Hospital Seguro Covid», y continuará su actividad con normalidad en este nuevo contexto sanitario, «ofreciendo a sus pacientes un tratamiento excelente en un entorno seguro», concluye este experto.
Sonia Mencía