- La investigación del INCLIVA y el CIBERER, que cuenta con financiación de FEDAES, tiene como fin mejorar el tratamiento mediante medicina de precisión.
- La ataxia de Friedreich (FRDA) es una enfermedad neurodegenerativa, heterogénea y compleja de detectar, que afecta a los sistemas nervioso central y periférico y acaba provocando invalidez.
El Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA, del Hospital Clínico de Valencia, está desarrollando en colaboración con el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER) un proyecto que tiene como objetivo principal investigar un perfil molecular basado en microARNs que permita identificar biomarcadores para el diagnóstico temprano y el pronóstico de la cardiomiopatía, la escoliosis y la diabetes en pacientes de ataxia de Friedreich (FRDA) y cuya aplicación clínica permita la implementación de la medicina de precisión en las enfermedades neurológicas raras.
El estudio lo están llevando a cabo José Luis García Giménez -del Grupo de Fisiopatología Celular y Orgánica del Estrés Oxidativo de INCLIVA e investigador del CIBERER- y Marta Seco Cervera –del mismo grupo de INCLIVA, CIBERER e investigadora de la Universitat de València-. Participan en este proyecto, además, miembros del Grupo de Investigación Clínica en Ataxias y Patología Neuromuscular del Hospital La Fe de Valencia y del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona -ambos acreditados como Unidades de Referencia de Ataxias y Paraparesias Espásticas- y del Servicio de Neurología ICS/IAS del Hospital Trueta-Hospital Santa Caterina de Girona.
Del conjunto de ataxias hereditarias, la FRDA es la forma clínica más frecuente, especialmente entre el grupo de las ataxias espinocerebelosas de inicio precoz. Se ha estimado una prevalencia de 4,7 casos por 100.000 habitantes en la población española. Se trata de una enfermedad rara neurodegenerativa que afecta a los sistemas nervioso central y periférico. Un alto porcentaje de pacientes presenta miocardiopatía hipertrófica y se observan otras alteraciones clínicas como la intolerancia a carbohidratos, en un 20%, o la diabetes mellitus, en un 10%.
A la ataxia en la marcha (descoordinación de los movimientos) le acompaña, en los casos más graves, hipo o arreflexiaosteotendinosa en las extremidades inferiores (pérdida parcial o total de reflejos). Posteriormente, aparece disartria (dificultad en el habla) y otros síntomas como atrofia óptica (pérdida de visión), nistagmus (movimiento incontrolado de los ojos) y escoliosis (desviación de la columna vertebral), responsable también de los problemas cardiorespiratorios. Dado que el proceso neurodegenerativo es progresivo, la FRDA evoluciona hacia una invalidez sin remisión que confina a la persona enferma a una silla de ruedas después de 15 años, como media, del inicio de la enfermedad.
“Si bien el diagnóstico es claro en pacientes con varios años de evolución –explica el Dr. García Giménez-, las variaciones clínicas, como el inicio tardío o la presencia de reflejos conservados en miembros inferiores, pueden plantear ciertas dificultades en poner el nombre definitivo al cuadro atáxico, no son tan sencillas de predecir y pronosticar. De la misma forma, el actual diagnóstico genético utilizado para determinar la expansión del triplete no se puede aplicar para el seguimiento de la enfermedad ni para evaluar la respuesta terapéutica”.
Precisamente la complejidad y la heterogeneidad de las características clínicas de los pacientes de FRDA, hacen necesario identificar biomarcadores de progresión de la enfermedad y de monitorización de los tratamientos aplicados, para facilitar la toma de decisiones en la práctica clínica. Los biomarcadores son indicadores muy importantes de los procesos biológicos normales, patológicos o de respuesta farmacológica en las intervenciones terapéuticas. Un buen biomarcador debería ser preciso y fiable, distinguible entre un proceso patológico o normal, y diferenciable entre distintas enfermedades.
Los microARNs son moléculas pequeñas de ARN, que regulan la expresión génica y que han mostrado recientemente un enorme potencial para el diagnóstico y pronóstico de las enfermedades y también como agentes terapéuticos. En estudios previos de este mismo grupo en pacientes de FRDA, se determinaron microARNs circulantes como biomarcadores asociados a esta enfermedad y, en particular, uno de ellos está asociado a la presencia de miocardiopatía hipertrófica.
A través del presente proyecto, se pretende ampliar la serie clínica para validar este microARN en varias cohortes independientes obtenidas de los tres hospitales de referencia que participan en el mismo. Además, se intentará validar otros microARN como biomarcadores de diabetes y escoliosis en estas nuevas cohortes. Los resultados facilitarán la toma de decisiones en la práctica clínica y permitirán la mejora de los tratamientos actuales para los pacientes.
El plazo de ejecución de este proyecto, que se encuentra en la fase de recolección de muestras de pacientes, es de un año.
Apoyo de FEDAES para potenciar la investigación en ataxias
Este estudio ha sido, en parte, financiado por FEDAES (Federación de Ataxias de España), entidad que está realizando un enorme esfuerzo para conseguir fondos y becar a investigadores y médicos que trabajen en ataxias. Los fondos proceden de aportaciones mensuales de enfermos y familiares y se recaudan también a través de múltiples actividades que realiza esta federación, cuyos objetivos son potenciar la investigación en ataxias y mejorar la calidad de vida de los afectados por la enfermedad y sus familias.
La aportación de 6.000 euros de FEDAES –enmarcada en el proyecto FIS de Federico Pallardó, jefe del grupo de Fisiopatología Celular y Orgánica del Estrés Oxidativo del INCLIVA y el CIBERER-, se destinará a la parte de validación del perfil de expresión de miARN como biomarcadores en diferentes cohortes independientes de pacientes de la FRDA.
Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras