Sanofi y GSK se alían para desarrollar una vacuna adyuvante para Covid-19. Así lo han anunciado ambas compañías, que utilizarán sus innovadoras tecnologías para aportar soluciones a la pandemia.
Sanofi contribuirá con su antígeno Covid-19 de proteína S, que se basa en la tecnología de ADN recombinante. Esta tecnología ha producido una coincidencia genética exacta con las proteínas que se encuentran en la superficie del virus SARS-Cov2. La secuencia de ADN que codifica este antígeno se ha combinado en el ADN de la plataforma de expresión de baculovirus, la base del producto de influenza recombinante de Sanofi.
Por su parte, GSK contribuirá con su probada tecnología adyuvante pandémica. El uso de un adyuvante puede ser de particular importancia en una situación de pandemia ya que puede reducir la cantidad de proteína de vacuna requerida por dosis, permitiendo que se produzcan más dosis de vacuna y, por lo tanto, contribuyendo a proteger a más personas.
Colaboración histórica
“A medida que el mundo se enfrenta a esta crisis de salud global sin precedentes, está claro que ninguna compañía puede hacerlo sola”, asegura Paul Hudson, director ejecutivo de Sanofi. “Es por eso que Sanofi continúa complementando su experiencia y recursos con otras compañías, como GSK, con el objetivo de crear y suministrar cantidades suficientes de vacunas que ayuden a detener este virus”.
“Esta colaboración reúne a dos de las compañías de vacunas más grandes del mundo”, explica Emma Walmsley, directora ejecutiva de GSK. “Al combinar nuestra experiencia científica, tecnologías y capacidades, creemos que podemos ayudar a acelerar el esfuerzo global para desarrollar una vacuna para proteger a tantas personas como sea posible de Covid-19”.
La combinación de un antígeno a base de proteínas junto con un adyuvante está bien establecida y se usa en varias vacunas disponibles en la actualidad. Se agrega un adyuvante a algunas vacunas para mejorar la respuesta inmune y se ha demostrado que crea una inmunidad más fuerte y duradera contra las infecciones que la vacuna sola. También puede mejorar la probabilidad de administrar una vacuna efectiva que se pueda fabricar a escala.
Ensayos en fase I en el segundo semestre de 2020
Las compañías planean iniciar ensayos clínicos de fase I en el segundo semestre de 2020 y, si tienen éxito, sujeto a consideraciones regulatorias, pretenden completar el desarrollo requerido para su disponibilidad en la segunda mitad de 2021.
El desarrollo de la vacuna candidata basada en recombinantes está siendo respaldada a través de fondos y una colaboración con la Autoridad de Investigación y Desarrollo Avanzado Biomédico (BARDA) de Estados Unidos. Las compañías planean discutir el apoyo financiero con otros gobiernos e instituciones globales que priorizan el acceso global.
“Las alianzas estratégicas entre los líderes en vacunas de la industria son esenciales para que una vacuna contra el coronavirus esté disponible lo antes posible”, asegura el director de BARDA, Rick A. Bright. “El desarrollo basado en recombinante adyuvante tiene el potencial de reducir la dosis de la vacuna para proporcionarla a un mayor número de personas”. De este modo, explica, se podrá “poner fin a esta pandemia y ayudar al mundo a estar mejor preparado o incluso prevenir futuros brotes de coronavirus”.
Las compañías han establecido una Fuerza de Tarea Conjunta, copresidida por David Loew, Jefe Global de Vacunas de Sanofi y Roger Connor, Presidente de Vacunas de GSK. El grupo de trabajo buscará movilizar recursos de ambas compañías para buscar todas las oportunidades para acelerar el desarrollo de la vacuna candidata.
Además, ambas compañías han firmado un acuerdo de transferencia de material para comenzar a trabajar juntas de inmediato.
Marta Riesgo