A nivel mundial 1 de cada 300 personas padece aspergilosis, colocándola en el segundo lugar de las enfermedades micóticas invasivas causadas por hongos oportunistas. La frecuencia de la aspergilosis varía entre el 5 al 20% y la tasa de mortalidad oscila entre el 70 al 90%.
La aspergilosis es una enfermedad infecciosa causada por un hongo llamado ‘aspergillus’, el cual ocasiona problemas en el sistema respiratorio. Afecta principalmente a personas cuyo sistema inmune está débil, tienen asma o fibrosis quística, leucemia, alteraciones en las cavidades pulmonares, EPOC, cirrosis hepática o cáncer, o bien, siguen un tratamiento prolongado con corticoesteroides.
La Dra. Mónica Martínez Revelles, Gerente Médico de Grupo Biotoscana, señaló que existen alrededor de 200 especies de aspergillus y solamente 20 de ellas son capaces de producir enfermedades en el ser humano. Los efectos de esta enfermedad son variados y van desde tener una reacción alérgica leve a graves infecciones pulmonares. Cuando la infección se traslada a los vasos sanguíneos, provoca una nueva forma de la enfermedad llamada aspergilosis invasiva.
El hongo aspergillus se encuentra en muchos lugares, especialmente en plantas, bosques y lugares donde se acumulan hojas muertas, así que todo el mundo está expuesto. Sin embargo, aquellas personas que tienen un sistema inmune fuerte reaccionan positivamente ante el hongo. Mientras que las personas con un sistema inmune débil por diversas causas (como ser tratados por otra enfermedad, como cáncer) sus células son incapaces de reaccionar ante la infección y el aspergillus llega a los pulmones.
En los casos más graves, puede llegar a provocar hemorragias en los pulmones e, incluso, a afectar todas las partes sensibles del cuerpo como el cerebro o el corazón. En estos casos puede llegar a ser mortal.
Existen tres tipos de la enfermedad:
+ Invasora
+ Crónica
+ Alérgica
Los síntomas dependen de la gravedad de la aspergilosis y de las características de cada caso. Es normal que provoque reacciones alérgicas en personas que tienen asma y en ese caso la enfermedad se llama aspergilosis broncopulmonar y presenta signos como estados de fiebre y tos continuada.
El tipo más grave es la aspergilosis invasiva, infección que se esparce por el cuerpo afectando órganos clave como el cerebro, riñones o el corazón. La aspergilosis pulmonar invasiva afecta a enfermos con sistemas inmunitarios débiles por estar sometidos a tratamientos de quimioterapia para luchar contra un cáncer, haber sufrido un trasplante de médula ósea o estar afectado por una enfermedad del sistema inmunitario.
Para diagnosticar la aspergilosis se tienen que realizar varias pruebas y análisis porque la observación de los síntomas no es suficiente, ya que puede llevar a confusión con otro tipo de enfermedades similares, agregó la Dra. Mónica Martínez Revelles.
Pruebas de diagnóstico por imágenes. Una radiografía de tórax o una tomografía computarizada ayudan a identificar la presencia del hongo aspergillus. Análisis de sangre y de varios tejidos, son necesarios estos análisis para confirmar la enfermedad.
Una vez identificado el nivel de gravedad de la enfermedad se da el tratamiento. En algunos casos leves no es necesario hacer nada porque la infección desaparece. Es normal administrarle al enfermo medicamentos antifúngicos y corticoesteroides. Si la infección se ha agravado y hay hemorragia pulmonar se puede llegar a requerir una intervención quirúrgica.
En el marco del Día Mundial de la Aspergilosis, que se celebró el pasado 27 de febrero, se pidió centrar la atención en este tipo de enfermedades y hacer conciencia sobre su tratamiento y prevención. El aspergillus es un hongo o moho común que se puede encontrar en ambientes interiores y exteriores. Muchas personas inhalan, sin saberlo, las esporas infecciosas, poniéndose en riesgo de contraer la enfermedad.
Si esta infección no se trata a tiempo, puede causar daño permanente a los pulmones. Por eso es importante crear diálogos alrededor de la enfermedad y aumentar la conciencia.