El éxito o fracaso del tratamiento contra el cáncer infantil en nuestro país depende de varios factores, no sólo de la agresividad de la enfermedad

Enfrentarse a una enfermedad grave es difícil, especialmente cuando de niños se trata, muchas veces son los padres los primeros en desmoronarse cuando se enteran que sus hijos padecen cáncer, hacerle frente a esta situación requiere de varios factores.

En México el cáncer infantil es un problema de salud pública, representa la segunda causa de muerte en ese sector de la población y la primera para quienes sufren la enfermedad, la tasa de mortalidad en nuestro país es de 5.3 por cada 100 mil habitantes, en adolescentes la cifra incrementa a 8.5 por cada 100 mil habitantes.

Cada años se diagnostican entre cinco y seis mil nuevos casos de cáncer infantil

Los países en vías de desarrollo presentan una mortalidad bastante superior que la de los países con buen desarrollo económico, en los primeros la tasa es de 80%, mientras que en los segundos es del 20%, pero en nuestro país es del 50%.

Para que esas cifras ocurran muchos factores se conjugan, en un país como México el diagnostico implica un gran impacto físico, social, psicológico y económico, tanto para el paciente como para sus familiares.

Antes de revisar las causas que influyen en las bajas tasas de supervivencia, es importante hablar de cifras, saber cual es la realidad de los niños enfermos de cáncer en nuestro país.

Cifras del cáncer infantil en México

En México de acuerdo con las proyecciones de la Población de los municipios de México 2010-2030 del Consejo Nacional de Población (CONAPO), hasta el 2018 la población de niños y adolescentes entre los 0 y los 19 años fue de 44,697,145, de los cuales 26,493,673 no cuentan con ningún tipo de Seguridad Social.

De acuerdo con los datos del Registro de Cáncer en Niños y Adolescentes (RCNA) las tasas de Incidencia (por millón) hasta el 2017 fueron: 89.6 Nacional, 111.4 en niños (0 a 9 años) y 68.1 en Adolescentes (10-19 años).

Por grupo de edad, el grupo de 0 a 4 años presentó la mayor tasa de incidencia con 135.8, mientras que el grupo de adolescentes entre los 15 y los 19 años tuvo la menor incidencia con 52.6.

Los estados de la República con mayor tasa de Incidencia por cáncer en la infancia (0 a 9 años):

  • Durango 189.53
  • Colima 187.42
  • Aguascalientes 167.36
  • Sinaloa 163.44
  • Tabasco 158.94

En la adolescencia (10 a 19 años), las entidades con mayor tasa de Incidencia por cáncer son:

  • Campeche 149.56
  • Colima 117.27
  • Aguascalientes 106.29
  • Nuevo León 99.79
  • Morelos 98.73

En cuanto al sexo, el 56% de los casos registrados corresponde a varones y 44% a mujeres. La mayor tasa de mortalidad (6.79) ocurrió en adolescentes hombres

Los cánceres más comunes:

  • Leucemias 48%
  • Linfomas 12%
  • Tumores del Sistema Nervioso Central 9%

Falta de diagnostico oportuno

Los mexicanos tenemos una cultura de la salud pobre, cuando un menor se enferma se suele acudir a médicos de farmacia o en el mejor de los casos al médico familiar.

Este especialista de salud es el primer contacto, el problema es que muchas veces éste no sospecha que el menor padezca cáncer, por lo que el envío al médico especializado suele demorarse hasta más de dos meses.

El 65% de los casos de cáncer infantil se diagnostica en etapas avanzadas de la enfermedad.

Escasez de oncólogos pediátricos

Este rubro es muy importante, en México sólo hay 237 oncólogos pediatras certificados y 420 oncólogos médicos. A esto se suma el problema de centralización, pues la mayoría se encuentran en la Ciudad de México.

El déficit de personal certificado en oncología pediátrica y en cirugía oncológica pediátrica, repercute en el tratamiento del cáncer infantil.

Recursos económicos

La pobreza o limitación económica es un factor crucial en la lucha contra el cáncer infantil, si bien en el país el Gobierno Federal desde hace varios años tiene programas de salud para aquellos que no tiene seguridad social y estos cubren las displasias, no siempre están cerca de los domicilios de los pacientes.

Los traslados hacia los hospitales implican un desembolso, a ello se suma la estancia del familiar responsable, esto hace que el tratamiento pueda interrumpirse.

Abandono de tratamiento

Los pacientes que se trasladan grandes distancias son los que más incidencia de abandono tienen, seguido de los adolescentes.

Aunque una de las principales razones de abandono del tratamiento es la economía, no es la única, aquí entran en juego muchas cosas, inclusos culturales y religiosas.

Algunas personas optan por buscar tratamientos alternos, para evitar las secuelas de las quimioterapias, pueden ser tratamientos naturistas, homeopatía, acupuntura.

Otras apuestan a su fe, al no ver «resultados» deciden dejar la situación en manos de Dios o simplemente no toman el tratamiento en aras de esperar un milagro.

En los menos casos es el propio paciente el que decide no seguir con el tratamiento, al creer que no va a curarse y sentirse mal al tomar las quimioterapias.


Diana Mabel González Salgado

Fuente: http://bit.ly/2vPXtlA