En todo el mundo hay virus, bacterias, protozoarios y parásitos, y si por algún motivo sus hospederos, reservorios y vectores cambian de sitio, surgen escenarios en los que se genera el intercambio de estos microorganismos entre diferentes especies, lo cual resulta muy común en la naturaleza.
“En el caso de muchas enfermedades emergentes –causadas por un agente infeccioso recién identificado–, la modificación de los patrones de distribución de especies, inducida, sobre todo, por actividades humanas como el cambio climático, la deforestación, el cambio de uso del suelo y la introducción de especies exóticas, juega un papel fundamental en su aparición”, dice Gerardo Suzán Azpiri, investigador del Departamento de Etología, Fauna Silvestre y Animales de Laboratorio de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM.
En opinión del investigador universitario, el uso desmedido de antibióticos también está propiciando que diversos agentes patógenos desarrollen resistencia a ellos, cambien sus factores de virulencia y ocasionen enfermedades emergentes o reemergentes en distintas poblaciones humanas.
“Las enfermedades reemergentes son aquellas cuyas tasas de infección y mortalidad permanecían en niveles bajos y de pronto suben a niveles muy altos, por lo general como consecuencia de estos cambios que se dan en los agentes patógenos”, apunta.
Fauna silvestre
Casi todas las zoonosis (enfermedades compartidas por personas y animales) tienen su origen en animales silvestres, pero algunas como la brucelosis y la tuberculosis se originan por el contacto con animales domésticos como vacas, cabras, borregos…
“Ahora, con la deforestación y la pérdida de los ecosistemas, no pocas de las zoonosis son compartidas por animales tanto domésticos como silvestres, y los humanos”, comenta Suzán Azpiri.
Entre las enfermedades emergentes transmitidas por fauna silvestre que han sido estudiadas en México están la leishmaniasis (roedores y pequeños mamíferos), la trypanosomiasis americana o enfermedad de Chagas (roedores, tlacuaches y perros ferales), y la rabia (carnívoros silvestres y murciélagos hematófagos).
“Hay otras enfermedades emergentes, como la toxoplasmosis (gatos), la leptospirosis (cerdos, vacas, ratas y mapaches), la bartonelosis (principalmente gatos) y la tularemia (roedores, conejos y liebres), que ya representan un problema en el sur de Estados Unidos y a las que no les hemos dedicado estudios sistemáticos en México para saber cuál es la dinámica de la fauna silvestre que las transmite”, indica Suzán Azpiri.
Con respecto al síndrome pulmonar por Hantavirus, que es transmitido por roedores silvestres asociados a cultivos, resulta muy común en el vecino país del norte. En México, el investigador de la UNAM y sus colaboradores han detectado el Hantavirus en roedores silvestres de distintas partes del país (en Hidalgo tiene una alta prevalencia), pero ignoran a cuántas personas ha infectado.
La enfermedad por el virus del oeste del Nilo, que es transmitida por aves, resulta muy común en Estados Unidos, si bien en México aparentemente no ha prendido en humanos.
“Éste es un tema pendiente. Debemos investigar qué está sucediendo con las personas y por qué no hemos detectado el virus del oeste del Nilo en ninguna parte, aunque sí en varias especies de aves en todo el país.”
Peste bubónica, ricketsiosis y erliquiosis
La peste bubónica, que es transmitida por una pulga que llevan las ratas, las ardillas y ciertos carnívoros silvestres como los pumas, está presente en el sur de Estados Unidos, y según Suzán Azpiri, quizá lo esté también en Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, estados fronterizos mexicanos.
En Mexicali, Baja California, y en localidades de Chihuahua ha habido recientemente una cantidad considerable de casos de ricketsiosis y erliquiosis, enfermedades emergentes transmitidas por una garrapata que llevan los perros ferales y otros carnívoros silvestres. Ya han causado la muerte de personas.
Las zonas donde se corre más riesgo de adquirir enfermedades emergentes transmitidas por mosquitos (dengue, zika, chikungunya, encefalitis equina venezolana…), están en el sur del país, especialmente en Chiapas.
“Sí, en esas zonas confluyen las condiciones propicias para que aparezca ese tipo de enfermedades: pobreza, marginación, pérdida de biodiversidad por la deforestación, introducción de especies exóticas…”, finaliza Suzán Azpiri.
Roberto Gutiérrez Alcala
Fuente: http://bit.ly/36y7LUd