Las fiebres hemorrágicas virales (FHV) son un grupo de enfermedades que pueden llegar a ser mortales y que están causadas por virus pertenecientes a diferentes familias: arenavirus, filovirus, bunyavirus, togavirus y flavivirus.
¿Cómo se produce el contagio?
Estos virus viven en algunos animales o insectos -denominados vectores- (mosquitos, garrapatas y roedores) que son los responsables de la transmisión a los humanos y que, geográficamente están restringidos a las áreas en las que vive su especie, según explican en el Instituto de Salud Carlos III.
Los humanos se infectan cuando entran en contacto con los animales infectados por el virus -cuando les pica un mosquito o garrapata o por contacto con secreciones o excreciones de roedores infectados-.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, ha destacado el bajo riesgo de contagio que existe en España. Simón ha lanzado un mensaje de tranquilidad y ha reiterado que el contagio del virus no representa un riesgo para la población puesto que, actualmente, solo los profesionales sanitarios que tratan a la paciente aislada en el Hospital Carlos III de Madrid, podrían entrar en contacto con secreciones o fluidos contaminados.
En este sentido, ha destacado la experiencia de estos profesionales a la hora de tratar enfermedades contagiosas dado que ya se han enfrentado a otros casos, entre ellos los de ébola.
¿Hay transmisión entre humanos?
Posteriormente, puede producirse la transmisión entre personas, por contacto con fluidos infectados, pero sólo en el caso de Ébola y Marburg (filovirus), Lassa (arenavirus) y Crimea-Congo (bunyavirus).
¿Cuáles son las características específicas de la fiebre de Crimea-Congo?
El virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC) causa brotes graves de fiebre hemorrágica viral, su tasa de letalidad puede llegar al 40% y su transmisión se produce, principalmente a través de garrapatas, no existe vacuna y se trata de una enfermedad endémica en África, los Balcanes, Oriente Medio y Asia, según datos de la Organización Mundial de Salud (OMS).
La transmisión secundaria, de persona a persona, puede producirse por contacto directo con el enfermo o con sus fluidos biológicos, o indirectamente por contagio a través de objetos contaminados.
¿Cuánto tarda en manifestarse la enfermedad tras el contagio?
Tras la picadura de garrapata, la fase de incubación es de uno a tres días, con un máximo de nueve.
El periodo de incubación tras el contacto con sangre o tejidos infectados es algo mayor, de cinco o seis días, con un máximo documentado de trece.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas comienzan de manera súbita, en forma de fiebre, dolor muscular, mareo, dolor y rigidez de cuello, lumbago, cefalea, irritación de los ojos y fotofobia.
Puede haber náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal y de garganta al principio, seguidos de bruscos cambios de humor y confusión.
Al cabo de dos a cuatro días, la agitación puede dar paso a somnolencia, depresión y debilidad, y puede aparecer dolor abdominal en el cuadrante superior derecho, con hepatomegalia detectable.
Otros signos clínicos posibles son taquicardia, adenopatías (inflamación de los ganglios linfáticos) y erupción por hemorragia cutánea en mucosas internas (boca, garganta y piel).
Normalmente hay signos de hepatitis, y los pacientes muy graves pueden sufrir un rápido deterioro renal, o insuficiencia hepática o pulmonar repentina después del quinto día de enfermedad.
En los casos que no se recuperan, la muerte sobreviene durante la segunda semana y, entre quienes la superan, la mejoría comienza al noveno o décimo día.
¿Cómo llegan estos virus a España?
Desde el Carlos III explican que la entrada de uno de estos virus en España era «impensable hace algún tiempo» pero que hoy es «un riesgo cotidiano que requiere una especial atención y vigilancia», debido al aumento de los viajes internacionales.
Existe, además, el riesgo de importar los animales infectados, particularmente mosquitos y roedores.
Los expertos advierten de que algunos virus, como Lassa y Crimea-Congo (y menos probablemente Ébola y Marburg), pueden transmitirse además por inhalación de aerosoles infecciosos, algo que debe tenerse en cuenta para evitar la transmisión nosocomial y para identificar a los contactos que puedan estar infectados.
¿Es alto el riesgo de contagio?
En cualquier caso, aseguran, «no se puede sostener la idea inicial de que las fiebres hemorrágicas son enfermedades altamente contagiosas entre humanos».
Deben considerarse potencialmente contagiosas las secreciones y excreciones corporales, la sangre, el semen y las muestras de tejidos de los pacientes infectados.
Por ello, las personas con mayor riesgo de infección secundaria son las que están en un contacto más estrecho con las personas infectadas, aportándoles cuidados médicos o de enfermería, y los trabajadores de laboratorio que manejan su sangre, sus tejidos u otras muestras.
Desde el año 2000 y por iniciativa de la Comisión Europea se han puesto en marcha programas nacionales de vigilancia de estos virus y se ha constituido la Red Europea para el diagnóstico de las Enfermedades Víricas Importadas.
España puso en marcha, además un Programa de Vigilancia y Control de las Fiebres Hemorrágicas Virales.
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Fuente: http://bit.ly/2OyKmy0