La reducción de la biodiversidad del microbioma intestinal, un fenómeno conocido como disbiosis estaría relacionado con la actividad de la enfermedad en pacientes con nefritis lúpica, de acuerdo con un estudio publicado en Annals of Rheumatic Diseases. A esta conclusión se llegó luego de analizar los resultados de una investigación realizada por el Departamento de Medicina de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York.
Como se explica en la publicación, Doua Azzouz, PhD -líder del estudio- y su equipo de trabajo detallaron muestras de sangre y heces de 61 mujeres afectadas con lupus eritematoso sistámico (LES) y las compararon con muestras de 17 mujeres sin la enfermedad. La actividad de la enfermedad en el grupo con LES se evaluó con el Índice de Actividad de la Enfermedad de LES (SLEDAI).
Usando el análisis de amplificación de ARNr, los investigadores encontraron que los pacientes con LES mostraron un aumento de cinco veces en el número de bacterias fecales Gram-positivas, específicamente Ruminococcus gnavus (RG) (rango, 0.00% – 10.79%; media ± desviación estándar[SD], 1.35% ± 2.01%), comparado con las personas sanas de control (rango, 0.00% – 1.27%; media ± SD, 0.25% ± 0.39%; Mann-Whitney, P =.01). RG es miembro de la clase de bacterias Clostridia.
Este crecimiento se observó entre todos los pacientes del grupo con LES; sin embargo, fue mayor entre aquellos con las puntuaciones más altas de SLEDAI, en los que se observó un aumento de ocho veces en la abundancia de RG (Mann-Whitney, P = 0,01).
Cabe resaltar que cuando los investigadores estratificaron a los pacientes con LES, de acuerdo con el compromiso de los órganos, aquellos con un historial de enfermedad renal demostraron una abundancia de variantes de secuencia de amplicones específicos de la RG en comparación con aquellos que no tenían daño renal.
Estos hallazgos sugieren un nuevo paradigma en el que cepas específicas de un intestino comensal pueden contribuir a la patogénesis inmunológica de la nefritis por lupus”, explicaron los desarrolladores de la investigación a Medscape.com.
Los pacientes en el grupo con LES que tenían nefritis demostraron elevaciones en la reactividad de los anticuerpos IgG anti-RG2 en suero. Estas elevaciones se correlacionaron directamente con la abundancia fecal de RG, un hallazgo que sugiere una permeabilidad intestinal alterada.
Los investigadores notan que estudios previos han documentado brotes de RG en pacientes con enfermedad intestinal inflamatoria y espondilitis anquilosante. “Nuestros hallazgos también contribuyen a la evidencia de una gama cada vez más amplia de afecciones inflamatorias y autoinmunes asociadas con un’intestino con fugas‘”, sugirieron en sus declaraciones.
Los autores reconocen que no está claro si los brotes de RG son causales o si la actividad de la enfermedad puede haber fomentado un brote preferencial. Por ello, Azzouz y sus colegas enfatizan que es necesario “caracterizar la diversidad y las características genéticas de las cepas de RG y comprender cuándo estas cepas colonizan y se expanden en pacientes con lupus“.
Al hacerlo, estos hallazgos “pueden llevar al desarrollo de un ensayo de biomarcadores que ayude tanto a un diagnóstico más temprano como a una mejor determinación del pronóstico“, se concluye en la publicación.
Agencia Latina de Noticias de Medicina y Salud Pública
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