Australia:
Según una historia de abc.net.au, un equipo de científicos australianos ha desarrollado una técnica para administrar radioterapia que podría mejorar tanto la potencia como la seguridad del tratamiento. Esta nueva táctica utiliza un fenómeno inusual asociado con la radiación llamado «efecto espectador». Se proyecta que esta técnica de administración podría mejorar la efectividad de la radioterapia en casi un 30 por ciento.
El efecto espectador
El efecto espectador se descubrió por primera vez después de la desastrosa fusión de la planta nuclear de Chernobyl. Después de este evento, millones de organismos estuvieron expuestos a grandes cantidades de radiación. En el cercano Mar del Norte, por ejemplo, muchos peces que vivían allí recibieron dosis de radiación. La exposición a la radiación puede causar una reacción distinta a las células afectadas, y los investigadores descubrieron que las células que estuvieron expuestas a la radiación podrían desencadenar reacciones en las células que estaban muy cerca de ellas, a pesar de que estas células de proximidad nunca estuvieron expuestas directamente a la radiación. Este es el efecto espectador.
Uso del efecto espectador en radioterapia
En el laboratorio, los físicos pudieron usar el efecto espectador en el laboratorio para tratar con éxito una variedad de cánceres, y esperan que el método sea efectivo para tratar el mesotelioma, el tipo de cáncer más frecuentemente asociado con la exposición al asbesto. En este experimento, los investigadores también pudieron mantener las células sanas cercanas casi sin afectarse.
El proceso implica dividir el haz de radiación en rayas más pequeñas. Las células cancerosas responden mal a la radiación y tienen un fuerte efecto espectador porque liberan citoquinas que propagan los efectos de la radiación a las células cancerosas vecinas, lo que desencadena su muerte. Por lo tanto, a pesar de que la radiación está dividida y hay áreas donde el haz no golpea directamente, el tratamiento es igual de efectivo si no más. La radiación afecta la función del sistema circulatorio, pero con esta técnica, este efecto dañino se reduce y el tejido sano es más capaz de recuperarse.
Mayor potencial
Con este procedimiento, los científicos proyectan que el tratamiento sería igual de efectivo al exponer al paciente a solo la mitad de la dosis de radiación. Esto significa que sería teóricamente seguro administrar una dosis más fuerte de radiación, ya que los efectos secundarios serían menos dañinos. Esto podría ser una mejora importante para los pacientes con cáncer que se han vuelto resistentes al tratamiento.
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Fuente: https://goo.gl/tMRe7T