De acuerdo con una historia de philly.com, un conjunto de directrices recientemente publicado hace hincapié en la necesidad de que los pacientes no retrasen el tratamiento durante las primeras etapas de la esclerosis múltiple. Al igual que en muchas otras enfermedades, cuanto antes un paciente comience el tratamiento, mejores serán los resultados para ese paciente. Los pacientes que esperan o experimentan demoras en el tratamiento con frecuencia sufrirán las consecuencias cuando su enfermedad se vuelva más severa y resistente al tratamiento. Muchas enfermedades raras son enfermedades «progresivas» a largo plazo, lo que significa que empeoran con el tiempo.

La esclerosis múltiple (EM) ciertamente entra en la categoría de una enfermedad crónica a largo plazo que puede empeorar con el tiempo. La esclerosis múltiple a menudo ocurre en dos formas diferentes. Uno en el que se experimentan síntomas en episodios recurrentes y remitentes, y otro en el que los síntomas siempre están presentes hasta cierto punto y se vuelven más graves y debilitantes a lo largo del tiempo.

La esclerosis múltiple es una enfermedad caracterizada por daño a la vaina de mielina, una cubierta aislante y protectora que asegura que las neuronas puedan comunicarse de manera segura y eficiente. Cuando estas cubiertas están dañadas, es más difícil para las neuronas comunicarse. Los pacientes pueden experimentar una variedad de síntomas variados, como cambios de sensibilidad, debilidad muscular, ceguera en un ojo o visión doble, problemas para hablar y tragar, falta de coordinación, problemas del estado de ánimo y espasmos musculares. 

Las nuevas pautas enfatizan el hecho de que ahora, los pacientes con EM ahora tienen diferentes enfoques de tratamiento que tienen el potencial de disminuir o detener la progresión de la enfermedad. Además, si los pacientes comienzan a experimentar síntomas graves incluso mientras toman un medicamento, los pacientes deben cambiar a otro medicamento y encontrar uno que sea más efectivo. Las nuevas reglas también advierten a los pacientes sobre el riesgo de suspender el uso de medicamentos; hay pocos datos sobre los cambios en los resultados que podrían ocurrir como resultado de esta decisión.

Las pautas se publicaron por primera vez en la revista científica Neurology el 23 de abril. Un último consejo de las directrices: los pacientes deben tomarse el tiempo necesario para obtener una educación completa sobre las opciones de tratamiento para la EM, y comprender los beneficios potenciales y los efectos secundarios de cada uno. Con suerte, estas nuevas directrices mejorarán los resultados para los pacientes en el futuro.

 

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