Algunas celebrities refugian su divinidad bajo la manta de un inalcanzable universo. Otras, pese a la deslumbrante realidad que representan, dan salida de vez en cuando a su faceta humana. Por ejemplo, sirviendo de ejemplo vital a sus millones de admiradores. Desde que en septiembre anunciara un trasplante de riñón vía Instagram, Selena Gómez ha sido la voz de los pacientes de lupus, mostrando los claroscuros de una de las enfermedades autoinmunes más prevalentes. La última ocasión en la que la cantante ha hablado de su patología ha sido esta misma semana en la Gala Anual de la Alianza para la Investigación contra el Lupus, donde ha relatado qué le supuso el fatal diagnóstico. “Mis médicos me dijeron que tenía Lupus Artritis, una de las complicaciones más comunes del lupus. Dijeron que necesitaría un trasplante de riñón. Quizá yo no era demasiado consciente de lo que eso significaba, así que llegó un momento en el que era una cuestión de vida o muerte”.
Por fortuna, gracias a la generosidad de unas de sus mejores amigas, quien le donó un riñón, la artista ha podido recuperarse, pero “no todo el mundo es tan afortunado como para tener un donante”, ha lamentado. De paso, ha aprovechado para concienciar a sus seguidores “por qué la investigación es tan importante y por qué debemos apoyar a los científicos que traen la promesa de nuevos descubrimientos”.
El caso de Gómez ha sido uno de los más sonados del último año. Sin embargo, no es ni mucho menos el único testimonio vip de la realidad de enfermedades de todo tipo. Lady Gaga reveló hace unos meses que padece fibromialgia, una patología que la ha obligado a tomarse un descanso de la música por el dolor crónico que le causa. De ella habla en un documental producido por Netflix Gaga: Five Foot Two, en el que insiste en dejar claro que no es la estrella que se ve desde fuera. «Deseo ser de ayuda para concienciar y conectar a la gente que la sufre», explicó en su cuenta de Twitter.
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