Sinónimos: Deficiencia combinada hereditaria de factores II, VII, IX y X
Prevalencia: <1 / 1 000 000
Herencia: Autosómico recesivo
Edad de inicio o aparición: Infancia , Neonatal
Resumen
El déficit combinado de factores de la coagulación vitamina K dependientes hereditario (VKCFD) es un trastorno hemorrágico congénito, consecuencia de una disminución de los niveles de los factores de coagulación II, VII, IX y X, así como de anticoagulantes naturales como son las proteínas C, S y Z.
Su prevalencia es desconocida, aunque alrededor de 30 familias afectas se han descrito en la literatura.
El espectro de los síntomas hemorrágicos varía de leve a grave, iniciándose la sintomatología en los casos más graves en el periodo neonatal. Los síntomas hemorrágicos afectan a piel y mucosas y pueden poner en peligro la vida. Se pueden producir tanto en el contexto de intervenciones quirúrgicas como de forma espontánea. Habitualmente los pacientes también presentan anomalías esqueléticas y del desarrollo (acortamiento de las falanges distales de los dedos, osteoporosis y trastornos tipo pseudoxantoma elástico).
Es un trastorno autosómico recesivo causado por mutaciones en los genes que codifican para la gamma-glutamil carboxilasa (GGCX; 2p12), o para la subunidad 1 del complejo vitamina K 2,3- epóxido reductasa (VKORC1; 16p11.2). Estas dos proteínas son importantes para la gamma-carboxilación, necesaria para que las proteínas hemostáticas desarrollen su función. Las anomalías esqueléticas y del desarrollo son el resultado de una gamma-carboxilación defectuosa de ciertas proteínas no hemostáticas.
EL diagnóstico del VKCFD sólo debe ser considerado tras excluir las formas adquiridas de la enfermedad, asociadas a una mala absorción intestinal de vitamina K en pacientes con enfermedades inflamatorias intestinales o enfermedad celíaca (ver términos), cirrosis hepática, ingesta accidental de warfarinas y superwarfarinas y anomalías hemorrágicas debidas a la presencia de autoanticuerpos (hemofilia adquirida y autoanticuerpos contra el factor VII).
También deben considerarse en el diagnóstico diferencial otros defectos congénitos de la coagulación como el déficit de los factores II, VII, IX (hemofilia B), X y el déficit combinado de los factores VII y X. Tras descartar el resto de causas, el diagnóstico del VKCFD debe sospecharse en el contexto de paciente con un sangrado excesivo en comparación con la magnitud de la disminución de los distintos factores de coagulación, y se confirma por análisis molecular. Se puede ofrecer consejo genético a las familias afectas, pero no suele recomendarse el diagnóstico prenatal.
La administración de vitamina K a la madre en el tercer trimestre de la gestación puede ser de utilidad en casos en los que se sospeche que el hijo puede estar afecto. La administración de vitamina K (oral o intravenosa) es la base del tratamiento en los casos sintomáticos. En intervenciones quirúrgicas o durante episodios hemorrágicos graves se necesitan transfusiones de plasma y concentrados de complejo protrombínico. Además, el tratamiento combinado de FVII activado recombinante y vitamina K puede ser una alternativa en procesos quirúrgicos y manifestaciones hemorrágicas.
EL pronóstico general es bueno y, con la disponibilidad de las diversas opciones terapéuticas, el VKCFD tiene sólo un pequeño impacto en la calidad de vida de los pacientes.