Profesionales europeos en Nutrición Clínica y Metabolismo se han reunido estos días en Copenhague en el Congreso de la European Society for Clinical Nutrition and Metabolism (ESPEN), con el objetivo de incrementar los conocimientos de esta especialidad y actualizar las herramientas disponibles para estos especialistas. En este encuentro, la compañía biotecnológica Shire ha organizado un simposio focalizado en el Síndrome de Intestino Corto (SIC), con el fin de concienciar sobre este trastorno, el grave impacto en el estilo y calidad de vida de los pacientes, así como informar de los tratamientos disponibles y actualización terapéutica a los profesionales implicados en el manejo de estos pacientes.

 

El Síndrome de Intestino Corto (SIC) es un trastorno gastrointestinal poco frecuente y supone una amenaza para la vida de los pacientes afectados. Se caracteriza por la reducción clínicamente significativa de la superficie intestinal para absorber los nutrientes suficientes de los alimentos y ha sido catalogado como enfermedad ultra-rara por su baja prevalencia. Este síndrome es la principal causa de Fallo Intestinal tipo III, representando el 75% de los casos en adultos y el 50% en niños. La prevalencia en Europa es entre 0,4 y 6 casos por millón de habitantes [i], mientras que, en España, según el registro NADYA, hay 68 pacientes adultos con SIC que requieren nutrición parenteral domiciliaria (1,5/millón)[ii], aunque se estima que hay más casos no registrados. El 50% de los pacientes con SIC no se adaptan espontáneamente y mejoran la absorción por el intestino remanente, por lo que deben recurrir de forma crónica a la Nutrición Parenteral (NPD), la Fluidoterapia (FT) o a ambas (NPD-FT).

 

La nutrición parenteral aporta los nutrientes básicos que necesita el paciente para vivir, pero administrados por vía intravenosa, proporcionando la energía requerida y la totalidad de los nutrientes esenciales para su metabolismo. Por otro lado, la fluidoterapia intravenosa constituye una de las medidas terapéuticas más utilizadas en el ámbito hospitalario. Su objetivo primordial consiste en la corrección del equilibrio hidroelectrolítico alterado.

 

La administración de NPD-FT exige unos requisitos de habilidades, espacio y tiempo. Todo esto hace que los pacientes dependientes de NPD-FT y afectados por SIC presenten una peor calidad de vida comparados con los adultos de la población general. “Los pacientes explican que el tiempo que dedican a la nutrición afecta a su día a día, contando con menos tiempo para realizar actividades cotidianas. Por ello, es necesario encontrar tratamientos que mejoren la capacidad de absorción intestinal del intestino remanente y que reduzcan a la vez la necesidad de soporte nutricional basado en NP-FT”, afirma el Dr. Miguel León, Jefe de la Unidad de Nutrición Clínica y Dietética del Hospital Universitario 12 de Octubre (Madrid) y presidente de la Sociedad Española de Nutrición Parenteral y Enteral (SENPE).

 

Por su parte, la doctora Nuria Virgili, del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Bellvitge (Barcelona) explica que “los pacientes con SIC que necesitan NP tienen una elevada mortalidad y morbilidad, debido al riesgo de complicaciones graves o crónicas que se derivan de esta patología y tratamiento, como pueden ser los problemas hepáticos, infecciosos o de trombosis. Además, estos pacientes sufren un alto riesgo de desnutrición, alteraciones metabólicas y electrolíticas”.

 

Nuevos tratamientos para el manejo del Síndrome de Intestino Corto

En el Congreso de la ESPEN se han presentado nuevas alternativas para mejorar la situación de estos pacientes. Entre ellas, se han presentado los resultados de los ensayos clínicos realizados con teduglutida (STEPS), en los que han participado el Hospital 12 de Octubre de Madrid y el Hospital Universitario de Bellvitge, que demuestran la eficacia de la teduglutida en el manejo de los pacientes con SIC y fallo intestinal al permitir la reducción del soporte de NPD-FT, e incluso la total independencia en algunos casos[iii].

 

“Este principio activo estimula el crecimiento de las vellosidades intestinales y aumenta su capacidad de absorción. Por tanto, en los pacientes con SIC, el tratamiento a largo plazo con teduglutida ha permitido reducir o retirar el aporte de NP, con estabilidad o incluso aumento de peso”, concluye la doctora Virgili.

 

Acerca del Síndrome de Intestino Corto (SIC)

El SIC es un trastorno gastrointestinal poco frecuente y supone una amenaza para la vida de los pacientes. Se caracteriza por una reducción clínicamente significativa de la capacidad de absorción del intestino a consecuencia de la extirpación quirúrgica de grandes secciones del intestino, normalmente a causa de anomalías congénitas, enfermedades o traumas. Si la adaptación intestinal es inadecuada, la capacidad de absorción del intestino residual resulta insuficiente para satisfacer las necesidades nutricionales, de fluidos, y de electrolitos a fin de cumplir los requisitos de vida y crecimiento de los pacientes; esto desemboca en  fallo intestinal, que requiere dependencia crónica de soporte parenteral para mantener un crecimiento, hidratación, así como niveles de proteínas, electrolitos adecuados además del equilibrio de los micronutrientes[iv],[v],[vi].

 

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Fuente: https://www.medicina21.com/Notas_de_Prensa-V10141.html