Se dice que el cuerpo humano es aproximadamente tres cuartas partes agua. Por eso, una de las enfermedades más raras a primera vista es la urticaria acuagénica, la alergia al agua… ¿Cómo es posible que el ser humano sobreviva ante una intolerancia al llamado vital elemento?
Según la web Medical Daily, los casos de urticaria acuagénica son raros: a lo largo de la historia se han documentado unos 30 o 40 en todo el mundo. Como publica el portal 20minutos.es, los pacientes han logrado salir adelante con la ayuda de medicamentos e incluso de Coca Cola Light.
Los síntomas son similares al de casi cualquier alergia: la aparición de pequeños puntos rojos en la piel, en algunos casos asociados a picores. Las zonas en donde aparecen también son muy comunes: cuello, torso y brazos. Pero en este tipo de urticaria, los síntomas aparecen tras el contacto de la piel con el agua, ya sea tras ducharse, caminar bajo la lluvia, sudar copiosamente o llorar, se afirma en la web citando a la publicación MD Health.
¿Tomar agua? Incluso se ha registrado al menos un caso en que los síntomas afectan a la garganta, lo que imposibilita a tomar agua, al menos sin un tratamiento previo. En 2009, el diario británico Daily Mail publicó un reportaje sobre Michaela Dutton, una mujer en la que la urticaria acuagénica se había manifestado a los 21 años tras dar a luz a su hijo Mitchell. No podía abrazarlo si estaba sudado, y menos secarle las lágrimas. Dutton tampoco podía beber té, jugos ni otros líquidos. Sobrevivía bebiendo grandes cantidades de Coca Coca Light, que su cuerpo toleraba bien.
Hay varias hipótesis sobre las condiciones que desencadenan la urticaria acuagénica. Algunas investigaciones lo atribuyen a una disfunción en el cromosoma 2q21; sin embargo, el centro estadounidense para el estudio de enfermedades raras señala que los casos de este tipo de urticaria aparecen en las familias de forma espontánea, sin tener relación con la herencia genética.
El mismo instituto señala también la posibilidad de que se deba a una sustancia disuelta en el agua, más que por el agua en sí misma; o por la interacción del líquido con sustancias tóxicas que ya se encuentran en la piel.
No hay tratamiento para eliminarla de forma definitiva; sin embargo, sus síntomas pueden controlarse a base de antihistamínicos y esteroides. Algunas investigaciones también recomiendan tratamientos en la piel con luz ultravioleta o usar cremas para crear una barrera entre la piel y el agua. En algunas ocasiones, por ejemplo, se administra una dosis de antihistamínico dos o tres horas antes de bañarse o ducharse para minimizar los efectos.
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