Un estudio recientemente publicado en el New England Journal of Medicine señala la importancia de llevar a cabo los estudios genéticos en diferentes poblaciones al encontrar que pruebas genéticas basadas en ensayos en población blanca, han llevado al diagnóstico erróneo del riesgo a desarrollar miocardiopatía hipertrófica en los familiares de pacientes con ancestros africanos.
La miocardiopatía hipertrófica, causa común de arresto cardiaco súbito, se caracteriza por un engrosamiento del miocardio que dificulta la capacidad del corazón para bombear sangre, relajarse o llenarse de sangre. En muchos casos, el análisis del genoma de los pacientes con miocardiopatía hipertrófica permite identificar cambios genéticos responsables de la patología, lo que a su vez lleva a poder estimar el riesgo de los familiares a desarrollar la enfermedad. En este contexto, la correcta interpretación de las variantes genéticas encontradas en los pacientes resulta un punto crucial para poder tomar medidas preventivas dirigidas a minimizar la posibilidad de un suceso cardiaco adverso.
Mediante el análisis de información genómica disponible en bases de datos públicas, los investigadores identificaron aquellas variantes genéticas previamente consideradas como responsables de la miocardiopatía hipertrófica que se presentan con frecuencia en la población general, estudiaron su frecuencia en diferentes poblaciones y evaluaron su carácter patogénico en las mismas, a partir de datos clínicos de pacientes.
De este modo encontraron que muchos pacientes, todos de ellos de origen africano o no especificado habían recibido resultados positivos con variantes incorrectamente clasificadas como patogénicas (a partir de la información disponible en el momento del diagnóstico) que en la actualidad se consideran benignas. Entre las causas de los errores en la clasificación, se encuentra el hecho de que los resultados iniciales provenían de un mal diseño de los ensayos clínicos, en los que únicamente se había incluido participantes blancos. Los autores señalan que la inclusión de estadounidenses negros en los controles, habría prevenido estos errores de clasificación.
Los resultados obtenidos en el caso de la miocardiopatía hipertrófica podrían no ser los únicos en los que se ha llevado a cabo una incorrecta interpretación debido a llevar a cabo los análisis en muestras sesgadas por las características étnicas de las poblaciones. “Creemos que lo que hemos estado viendo en el caso de la cardiomiopatía hipertrófica podría ser la punta del iceberg de un problema más grande que trasciende más allá de una única enfermedad genética,” señala Arjun Manrai, investigador en el Departamento de Informática Biomédica de la Universidad de Harvard y primer firmante del artículo. “Esperamos que nuestro estudio motive a llevar a cabo una revisión sistemática de este asunto en otras condiciones genéticas.”
Los autores del trabajo señalan que la historia presentada en el mismo es bien conocida por los profesionales de la genética pero que los expertos clínicos pueden estar menos familiarizados. Además indican que los resultados tienen también fuertes implicaciones políticas para asegurar la mejor medicina para todos.
“Nuestro estudio ilustra de forma poderosa, la importancia de la diversidad racial y étnica en la investigación,” apunta Zak Kohane, profesor de la Universidad de Harvard y director del trabajo. “La inclusión racial y étnica mejora la validez y precisión de los ensayos clínicos y haciendo eso, permite guiar mejor la toma de decisiones y selección de terapia óptima en la práctica clínica. Esta es la esencia de la medicina de precisión.”
Los investigadores proponen algunos pasos para ayudar a evitar la incorrecta adjudicación de variantes causales. En primer lugar sugieren la secuenciación de diferentes poblaciones, lo que permitiría evaluar nuevas variantes y reevaluar las ya conocidas. Además, indican que si investigadores y laboratorios de pruebas genéticas adoptaran pautas de trabajo probabilísticas con las que obtener riesgos relativos, se reduciría la confusión en las evaluaciones de patogenicidad. También señalan que reevaluar la literatura existente referente a las variantes causales de enfermedades depende de compartir los datos de forma continua y estandarizar los informes. Por último, indican que conforme la anotación de variantes se vaya actualizando, los sistemas clínicos deberían hacer disponible esta información a los médicos y laboratorios de análisis genético en tiempo real.
“La sinergia entre perspectivas clínicas, genéticas, estadísticas y políticas es necesaria para asegurar que la medicina genómica beneficia a todas las poblaciones equitativamente,” concluye el trabajo.
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Fuente: http://revistageneticamedica.com/2016/08/31/miocardiopatia-hipertrofica-diagnostico/