Existen más de siete mil enfermedades raras conocidas. Su intrincado origen genético implica muchas veces que el peor enemigo de los pacientes sea su propio cuerpo. En el caso de la rara enfermedad de Niemann-Pick este hecho cobra una especial relevancia. La gran mayoría de los afectados son niños. Y esto se debe al terrible pronóstico del síndrome. Y es que, aunque cada día conocemos mejor los detalles de esta patología, todavía queda mucho por descubrir. Mientras tanto, médicos, investigadores y familiares luchan codo con codo junto a los pacientes, contra la enfermedad. Esta es la historia de los afectados por el síndrome de Niemann-Pick.
¿Cómo afecta la enfermedad de Niemann-Pick?
“Potencialmente letal”. Con esta terrible frase se describe normalmente a la enfermedad de Niemann-Pick. Pero su manifestación es bastante más compleja. De los cuatro tipos que conocemos, A, B, C y D, cada uno posee un cuadro clínico variable. En todos los casos, la enfermedad se debe a una imposibilidad de metabolizar los lípidos correctamente. Lo que quiere decir que nuestro cuerpo no es capaz de usar las grasas adecuadamente. En concreto, no puede deshacerse de ellas y las acumula de forma desorbitada en lugares como el hígado, el bazo o el sistema nervioso. Esto provoca la muerte de las células donde se almacenan. Los síntomas más comunes de la enfermedad comienzan con los problemas de alimentación, un abdomen hinchado por el excesivo crecimiento del bazo o hígado y la pérdida de capacidades motoras. Poco a poco, los afectados por la enfermedad son restringidos en sus movimientos; se dan espasmos y temblores, dificultades al hablar y movimientos oculares anormales.
Otra característica común es un deterioro cognitivo severo. Aparecen también otras manifestaciones solo apreciables mediante una revisión médica como son un bazo y un hígado especialmente grandes. Los niños afectados por Niemann-Pick pierden, en la mayoría de los casos, sus facultades. En el tipo A los niños afectados no sobreviven a los dos o tres años de edad. Los tipos C y D (que es una variante de esta última) son prácticamente fulminantes y pocos niños sobreviven al primer mes de vida. Solo el tipo B permite un pronóstico más benigno. Es el único caso de este síndrome donde a veces no existe un compromiso neurológico. Esto implica que algunos de sus afectados pueden llegar incluso a la vida adulta. Pero la enfermedad no se detiene. Por el momento, aunque sabemos mucho sobre sus mecanismos de acción, no tenemos forma de curarla. En todos los casos la esperanza de vida se acorta por culpa de las manifestaciones del síndrome.
Por culpa de una proteína
Como ocurre muchas veces, la enfermedad se debe a una pieza ínfima de nuestra naturaleza. Pequeña, pero esencial, por supuesto. En esta caso hablamos de una enzima, una proteína, llamada esfingomielinasa. Ésta se encarga de degradar sustancias importantísimas relacionadas con la membrana celular. El defecto en esta enzima se hereda. Es una manifestación recesiva, lo que quiere decir que ambos padres han de ser portadores de la mutación para esta proteína. La esfingomielinasa actúa en un complejo sistema del metabolismo que implica a un orgánulo celular llamado lisosoma. Las funciones del lisosoma son muchas y muy importantes. Al no funcionar bien esta enzima, el orgánulo no se puede hacer cargo del transporte y “reciclaje” de los lípidos. Por tanto, se producen distintos trastornos que terminan en una acumulación excesiva de colesterol y grasas. Por ello, la enfermedad de Niemann-Pick se considera una enfermedad lisosómica (porque impide el correcto funcionamiento de los lisosomas celulares) y una lipidosis (un trastorno de acumulación de grasas).
Al final, es esta acumulación perjudicial la verdadera culpable de todo el cuadro clínico causado por la enfermedad de Niemann-Pick. Como todo exceso, la grasa acumulada en las células es mala. En primer lugar, se almacena en lugares como el bazo o el hígado, lo que provoca el crecimiento anormal del que estábamos hablando. Pero además, estas grasas son esenciales en la formación del sistema nervioso. Nuestras neuronas tiene grandes “canales” formados por membrana celular enrollada sobre estos. La mayor parte de la composición de esta membrana celular se debe a la esfingomielina, que supone el 85% de todos los lípidos que la componen. Si la esfingomielinasa no funciona, la grasa que debería servir como “ladrillo” para la formación de nuestras neuronas se va acumulando como basura, matando las células nerviosas poco a poco. De aquí viene el deterioro neuronal que se manifiesta en problemas motores y cognitivos, entre otras cosas.
Una molécula para “barrer” la grasa
Muchas son las personas que trabajan día a día luchando contra la enfermedad de Niemann-Pick. Cada vez son más los médicos especialistas que se interesan por la patología y sus implicaciones. La Fundación Niemann-Pick de España también trabaja por divulgar el conocimiento y apoyar a las familias afectadas. Otra figura importante en este encarnizado combate es el científico que investiga nuevas y mejores herramientas en esta guerra. Para poder entender una enfermedad tan compleja hacen falta métodos y técnicas muy especializadas. También son indispensables tratamientos muy concretos y específicos que permitan abrir nuevas vías de esperanza para los pacientes. Hipertextual se ha puesto en contacto con José Manuel López Nicolás, investigador en el campo de la bioquímica, la biotecnología, la nutrición y la ciencia y tecnología de los alimentos, además de autor del blog de divulgación científica Scientia.
Su extenso trabajo con ciclodextrinas le ha llevado, casi por sorpresa, a investigar sobre la enfermedad y un tratamiento paliativo que ayude a mejorar la calidad de vida de los pacientes. “El caso de Natalia llegó a través de las redes sociales. Un día vi como se citaba la ciclodextrina, molécula con la que llevo trabajando desde hace años. No es una conversación digamos, normal”. Con estas palabras, José nos relata cómo comenzó su papel investigador sobre la enfermedad. Natalia es una niña murciana afectada por este raro síndrome. Fueron las redes sociales, como bien comenta, las que dieron pie a su iniciativa: “Tirando del hilo, me enteré de su caso y decidimos dar un paso adelante”.
La ciclodextrina actúa a modo de “escoba”, barriendo el colesterol que se le va acumulando entre toma y toma de la molécula
El investigador, deja claro que su trabajo es sólo un esfuerzo más de los muchos otros que existen por ayudar a los pacientes. Para comprenderlo, debemos entender por qué se le administra hidroxipropil beta-ciclodextrina a Natalia y a otros pacientes. Este compuesto forma un anillo molecular muy especial. Es capaz de encapsular la grasa, evitando que se acumule. Así, se puede extraer y reducir su efecto perjudicial. “La ciclodextrina actúa a modo de “escoba”, barriendo el colesterol que se le va acumulando entre toma y toma de la molécula”, explica José. “Nuestro trabajo ha consistido en estudiar la farmacocinética de este tratamiento, es decir, el tiempo que reside el fármaco en el organismo antes de eliminarlo totalmente. Eso es importante para entender cada cuánto tiempo podemos administrarle la molécula, lo que depende del tiempo de residencia del fármaco. Cuanto menos tiempo pase, menos se le acumulará. Por eso es importante saber cada cuánto tiempo se puede administrar”.
Investigando para mejorar su calidad de vida
No obstante, como decíamos en un principio, este tratamiento es sólo un paliativo. Por desgracia, todavía no existe una cura para la enfermedad. Se han obtenido prometedores resultados en laboratorio para los pacientes afectados por el tipo B de Niemann-Pick. Pero sólo ha sido en el laboratorio. Todavía no ha trascendido ningún tratamiento que alcance la fase clínica para curar la enfermedad. Mientras tanto, hace falta seguir investigando para mejorar la calidad de vida de los pacientes. Así nos lo hace saber José, con quien hablamos de su implicación dentro del desarrollo de este tratamiento. “Cientos de investigadores en todo el mundo han hecho estudios como éste”, nos cuenta al hablar de la investigación en sí. “Esto es como un puzle que poco a poco va aplicándose en el tratamiento, al igual que en otras cosas. La ciencia no es solo cuestión de un dato concreto y aplicado”.
Y es que todo tratamiento relacionado con una enfermedad tan compleja como la de Niemann-Pick ha de estar sustentado por un tejido investigador profundo. Este síndrome ejemplifica perfectamente la necesidad de una investigación llamada “básica”, como es la farmacocinética de la ciclodextrina, para que exista una aplicación directa: un tratamiento para mejorar la calidad vida de Natalia. “Hacer una separación entre investigación básica e investigación aplicada es un error. Yo creo que al final hay mala investigación y buena investigación”, nos comenta José. “No conozco ningún caso de investigación aplicada que no tenga una investigación básica detrás”. Actualmente existen un número creciente de publicaciones que tratan de arrojar luz sobre la enfermedad. Pero todavía queda muchísimo trabajo por hacer.
Las personas detrás del síndrome
Detrás de cada paciente, de cada familiar, de cada médico, de cada investigador existe un nombre. Una persona. La enfermedad de Niemann-Pick es una de esas siete mil enfermedades consideradas raras por su baja incidencia en toda la población mundial. En España, sólo unas veinte familias han sido afectadas por el síndrome de Niemann-Pick. La Fundación Niemann-Pick de España tiene como objetivos promover investigaciones sobre la enfermedad, apoyar a las familias afectadas y divulgar los conocimientos adquiridos sobre la enfermedad entre el personal sanitario. También tienen como misión el asesorar a los posibles portadores para evitar riesgos innecesarios. Además, trabajan para recaudar fondos que ayuden a todo este tipo de actividades.
Como ocurre con otras enfermedades raras, las familias afectadas se sienten desamparadas ante un sistema que desconoce su problema
Y es una labor imprescindible. Como ocurre con otras enfermedades raras, las familias afectadas se sienten desamparadas ante un sistema que desconoce su problema. La incertidumbre, la desinformación y el desamparo son comunes entre los familiares de los pacientes. Los casos de Niemann-Pick, al afectar mayoritariamente a niños, además, tienen un componente que resulta muy duro. Porque, como decíamos, tras tecnicismos y nombres hay personas. “A mí me atrajo la ciclodextrina”, explica José cuando le preguntamos por su implicación con Natalia. “Una vez que conoces el caso, a la niña y a sus familiares, ya empieza la implicación más personal, obviamente”. El factor humano es un componente que no puede faltar al considerar este tipo de enfermedades. En realidad es una característica decisiva en contra de los números.
Aunque poco a poco la sociedad está cada vez más concienciada, todavía existe un desamparo general ante las enfermedades raras. Así lo denuncian numerosos colectivos y asociaciones. Gracias al trabajo de la Fundación Niemann-Pick de España o agrupaciones como la Federación Española de Enfermedades Raras, los afectados tienen un punto de referencia al que dirigirse. Son estos colectivos los que ayudan a elevar la voz de los poquísimos afectados por estas patologías. Voces a las que se unen las de miles de personas que día a día conocen un poco más sobre la vida de alguien con una enfermedad rara.
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